Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


7 de enero de 2011

LA PLENITUD


Charles E. Newbold Jr.

En Mi presencia hay plenitud de gozo (Salmos 16:11).

¿Qué cantidad de Mi presencia anheláis?
¿Treinta por ciento, sesenta por ciento, o ciento por ciento? (Mat. 13:8).
Es vuestra elección. Os invito a venir a la plenitud que es Mía, a habitar conmigo.

Hay tres atrios en Mi tabernáculo. El atrio externo, el lugar Santo y el Lugar Santísimo.
Debéis entrar por el atrio exterior para llegar al Lugar Santo, y debéis entrar al Lugar Santo antes de poder entrar en el Lugar Santísimo. Os invito a entrar al Lugar Santísimo, a la plenitud de Mi Mismo.
Cuando entráis en el atrio exterior, venís a Mi Pascua. Venís a Mi crucifixión—la cruz—en la que di Mi vida y derramé sangre, entregué Mi cuerpo para que pudierais tener vida eterna.

¡Venid! Bebed de esta copa. Comed Mi cuerpo. Bebed Mi sangre. Naced de nuevo.
Levantaos a la nueva vida y subid a lo alto. Sentaos en los lugares celestiales conmigo. Ese es vuestro destino, estar conmigo y Yo con vosotros.
Venid, preciosos Míos. Venid más de cerca y más por completo. Venid a Mi Lugar Santo, Mi lugar de intercesión, Mi lugar de altas alabanzas.

Dejadme que os sumerja en Mi precioso Espíritu Santo y que os pueda investir con dones y con el poder de Mi señorío para que podáis ser para la alabanza de Mi gloria, Mi presencia, para que el mundo os conozca y os vea, y que al conoceros y veros, lleguen a conocerme a Mí y a verme a Mí. Verán que habéis estado conmigo. Verán que estáis conmigo y que Yo estoy con vosotros. Yo soy la presencia en medio de vosotros. ¡Venid! Dejadme sumergiros en Mi Espíritu.

Acercaos aún más, santos Míos, preciosos Míos. Venid al Lugar Santísimo, al Lugar más santo de todos—a ese lugar en el Espíritu en el que Yo soy lo único que importa, en el que tenéis una revelación completa de quién Yo soy en vosotros, a través de vosotros y en medio de vosotros.

Venid a Mi fiesta de los Tabernáculos, morad conmigo en la plenitud de Mi Espíritu.
Dejadme que os lleve de la mano y os dirija al atrio exterior de la Pascua, hacia el Lugar Santo de Pentecostés después y finalmente a la intimidad de Lugar Santísimo de Tabernáculos.

Dejadme ser vuestra gloria. Dejadme que os llene con Mi gloria. Los que os conformáis con permanecer en el atrio exterior tenéis Mi vida, Mi Espíritu, MI gracia y Mi misericordia, pero solo en una medida del treinta por ciento de MI plenitud. Yo deseo más para vosotros. Los que llegáis al Pentecostés del Lugar Santo y escogéis acampar ahí y no avanzar conmigo, tenéis Mi Espíritu. Tenéis muchas riquezas, tenéis revelación y tenéis conocimiento, pero sólo podéis disponer de una medida del sesenta por ciento de Mi plenitud. Y Yo deseo más para vosotros.

Los que escojáis permanecer en el atrio exterior de la Pascua o en el Lugar Santo de Pentecostés y no tenéis hambre y sed por avanzar hacia el Lugar Santísimo de Tabernáculos, descubriréis que vuestro aceite será tímido al sonar de Mi trompeta.
Descubriréis que los afanes de este mundo os llevarán fácilmente de vuelta a Egipto, de donde salisteis. Ese no es Mi deseo para vosotros.

Yo anhelo plenitud de gozo en vuestra presencia. Yo anhelo que vengáis por completo a Mi presencia para que podáis disfrutar la plenitud de Mi presencia, Mi gozo, Mi amor, Mi misericordia y Mi bondad hacia vosotros.
Siempre hay otro paso que podréis tomar, un caminar más profundo conmigo. Es vuestro. Yo soy vuestro. Yo soy vuestro ciento por ciento si Me deseáis, si Me anheláis, si Me queréis del mismo modo que el ciervo brama por las aguas.

¿No oyes la trompeta sonando en tu corazón, llamando de un abismo a otro?
Pero tú dices, “Señor, me temo que nunca antes había pasado por este camino.”
Te digo, fija tus ojos en Mí. Mira y observa que Mi mano está extendida hacia ti.
Amado Mío. Toma Mi mano y déjame que te lleve de gloria en gloria, de fe en fe, de lo profundo a lo profundo, a la plenitud en Mí mismo.

La Plenitud - Charles E. Newbold Jr.

1 comentario:

Unknown dijo...

DEFINITIVAMENTE UN ESCRITO MARAVILLOSO PORQUE ES ASÍ COMO DIOS NOS QUIERE, ENTREGADOS A EL EN CUERPO Y ALMA DADOS A EL DESDE EL COMIENZO HASTA EL FINAL

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry