Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


20 de enero de 2011

LO TENGO QUE ADMITIR


Paola E. Meza

Entrar en la presencia de Dios significa preparar nuestra vida, meditar y cuestionarnos siempre sobre cuál es nuestra actitud con Dios, reconocer la debilidad y lo poco que hemos cambiado dentro de nosotros (Todo camino del hombre es recto en su opinión; mas el SEÑOR pesa los corazones.Prov. 21:2)

Que pensáis en vuestros corazones? Eso preguntó Jesús a los fariseos y escribas cuando lo cuestionaban por sus sermones y sanidades, de igual manera debemos hacernos la misma pregunta: Que pensáis en vuestro corazón? Porque al dejar de ser religiosos y conocer la verdad, no estamos exentos que nuestro corazón maquine en contra de la voluntad de Dios (Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación Lucas 16:15)

Porque los pensamientos y deseos internos del hombre son muy distintos a lo que existe en el corazón.

Dios pesa los corazones, le agrada la rectitud de corazón y da al hombre según sus obras. Si leemos la parábola del sembrador nos encontramos con: (Y éstos son los de junto al camino; en los que la Palabra es sembrada; mas después que la oyeron, luego viene Satanás, y quita la Palabra que fue sembrada en sus corazones. Marcos 4:15), Jesús nos quería enseñar algo importante, el corazón no es buena tierra para sembrar, es engañoso y perverso.

Satanás toma fácilmente posesión del corazón y lo domina, y sin darnos cuenta nuestra vida se ve envuelta en las manos del enemigo; la palabra de Dios solo se convierte en una justificación para nuestras vidas, y en un honrar de labios sin honra verdadera y poco a poco nos olvidamos que  la palabra de Dios es un continuo ejecutar en nosotros.
Entremos a su presencia reconociendo todo lo que somos y tenemos en el corazón, admitiendo nuestra vileza y la desobediencia a su voluntad.

LO TENGO QUE ADMITIR (si hubiera estado allí…)

Yo te entregaba al concilio.
Yo hubiera gritado barrabas, barrabas!
Yo te hubiera negado tres veces.
Yo te hubiera clavado en la cruz y te hubiera dejado sufrir.

Como limpiaremos nuestro corazón?

Con la fe "de" el hijo de Dios, lleguemos a Dios con un corazón verdadero y con una fe llena, purificado el corazón de mala conciencia y lavados nuestros cuerpos con agua limpia.

Reconociendo que siervos infieles hemos sido y solo lo que Dios nos ha mandado a hacer solo eso hemos hecho.

Y el lucero de la mañana resplandecerá en nuestro corazón.

Lo Tengo que Admitir -  Paola E. Meza.

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry