Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


22 de marzo de 2011

UN LLAMADO A LA MOVILIDAD



George Davis y Michael Clark

Desde la rebelión de Adán, la orden recurrente al pueblo de Dios en cada cambio de estación, se resume en una palabra -- ¡VE! Dios no se agrada de esa tendencia inherente en el hombre de permanecer y de edificar, porque produce una generación letárgica y satisfecha, y finalmente, extraviada.

Dios está hablando una palabra fresca de movilización en la tierra hoy. Es una palabra de liberación y de éxodo, como lo fue en los tiempos de Moisés. Dios está diciendo a los faraones de nuestros días que “¡Dejen marchar a mi pueblo!”

El Mensaje a Sus escogidos es el mismo que el de antaño, “Salid de vuestros amos y adoradme solo a Mí”.

Jóvenes y viejos, hombres y mujeres, judíos y gentiles, esclavos o libres, todos ellos son llamados a abandonar las estructuras religiosas tradicionales, impotentes y rituales y a levantarse en Dios. Tenemos que levantarnos más allá de las manifestaciones de avivamiento para llegar a una forma de pensar enteramente nueva.

Dios nos está desafiando a reconsiderar nuestra teología y a re -alinear nuestras creencias. Dios está llamando de nuevo a la iglesia a un status migratorio.

Desde los tiempos de la rebelión de Abel, el hombre ha sido inmigrante, viajando con Dios y hacia Dios o alejándose de Él y en contra de Él.

La naturaleza caída del hombre continuamente intenta frenar su viaje hacia Dios, para establecerse y construir sobre la tierra.

El Espíritu de Dios siempre nos llama a ser parias y extranjeros—peregrinos con Dios como revela Levítico 25:23. “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo ” (Levítico 25:23).

Tenemos que estar preparados para movernos cuando Dios nos llama.

Ahora mismo el Espíritu de Dios está llamando al cuerpo de Cristo a una posición más profunda en Dios. Tenemos que abrazar nuevos niveles de verdad.

Cada nueva verdad que Dios traiga ampliará a la anterior hacia una luz mayor.

De la misma forma que se mueve la nube de Su Testimonio, nosotros también tenemos que movernos.

Tenemos que migrar de un nivel de gloria a otro. Dios está hablando y está liberando el ímpetu para migrar, para llevarnos otra vez al viaje de asir aquello para lo cual fuimos asidos.

A la gente religiosa le gusta pensar que su sistema de creencia está completo, de forma que son amenazados por lo desconocido. El hombre religioso se siente inseguro cuando no puede codificar todo en su teología de forma que le es difícil aceptar la idea de que aún hay más por venir.

El Nuevo éxodo -  George Davis y Michael Clark

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry