Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


12 de enero de 2012

LOS EDIFICIOS DE IGLESIA


Gene Edwars

Hasta que apareció en escena un emperador romano llamado Constantino (unos 300 años después del Pentecostés), la fe cristiana era la única religión en la historia que se reunía en casas. Era el único movimiento "oculto" aventajado de la historia de la religión. No tenía instituciones, ni rituales impuestos, ni templos.

Aquello era no tenía precedentes en la historia humana. Fue lo que hizo al cristianismo algo único. Vigoroso. Elástico, flexible, adaptable. ¡Y tenían pocos gastos! Los gastos eran ínfimos. Poco después Constantino se encargó de cambiar todo eso.
 
Todas las otras religiones tenían (y tienen) templos (edificio de iglesia), sacerdotes (pastores), vírgenes vestales (monjas), rituales (la Misa y el "culto" del domingo... que está muy cerca de un ritual), un vocabulario secreto sólo conocido por los sacerdotes (teología) y un laicado en silencio. Todas las religiones han contado siempre con esto. Incluyendo la religión protestante. (¡Vale, no tenemos vírgenes vestales!)

En el año 327 d.C. (ten muy en cuenta esa fecha, pues es capital en la historia cristiana) Constantino ordenó la construcción de diecinueve edificios cristianos.

Nunca había ocurrido una cosa así. Hasta entonces nos reuníamos en hogares. Al principio se les veía en sepulcros y santuarios o en salas de estar. Estos diecinueve edificios se construyeron en tres lugares.

Uno en Belén y dos en Jerusalén (su nacimiento, muerte y resurrección), nueve en la ciudad de Constantinopla y Siete en la ciudad de Roma.

Antes que nada Constantino erigió estos edificios en una ciudad del este completamente nueva. Era una ciudad hecha a la medida, creada partiendo del mismísimo cero. La ciudad estuvo inhabitada hasta que se terminó... con calles, edificios gubernamentales, templos paganos y los nueve edificios, vacíos y desperdigados, a lo largo y ancho de la ciudad. Pues bien, los templos paganos se nombraban con nombres de dioses o diosas. Por lo tanto, Constantino, pagano en mente, y puede que en alma, ordenó que cada uno de los edificios cristianos fuera asignado con el nombre de alguien. ¡Concretamente fueron nombrados con los nombres de los santos del primer siglo! (De ahí: la iglesia de San Lucas, la iglesia de San Juan, etc. Pues sí, así es como empezó.)
 
En Roma, ese mismo año, Constantino ordenó así mismo la construcción de siete edificios cristianos. (Uno fue una capilla situada en la ladera de una colina, justo fuera de las murallas de la ciudad. A la pendiente de la colina se le llamó Vaticano.)

 Así es como empezó (la maldición de) el edificio eclesiástico. Muy bíblicos somos nosotros, los protestantes practicantes de la Escritura, ¿a qué sí? Posteriormente estos edificios se vinieron a denominar iglesias. Así fue como el cristianismo se unió al resto de las religiones del mundo y empezó a tener sus propios templos. Perdimos para siempre la palabra iglesia (asamblea) con el significado de cuerpo de Cristo. Hoy somos incapaces literalmente de ver a los creyentes como a la iglesia. Al pensar en esa palabra, iglesia, sólo se puede ver un edificio físico.

Cualquier esperanza de una verdadera comprensión de la eclesiología murió para cuando Constantino murió en el 337. Pronto, tras la incursión del templo en nuestra fe, llegó el lenguaje secreto, el sacerdote distante, silenciosos seguidores, rituales, y vírgenes vestales. La pérdida para todos nosotros ha sido asombrosa.

Estas cosas de las que nos agenciamos hace tanto han venido a ser una maldición para la fe sencilla que Jesús el carpintero lanzó a los cuatro vientos.

 Mas Alla de lo Radical - Gene Edwars

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry