Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


30 de mayo de 2012

EL NOMBRE DE HOMBRE


Javier Vargas

Ahora es más claro comprender otras cosas sobre las diferencias entre la obra del Señor Jesús y las obras del hombre, ya que toda congregación, ministerio y obra con un nombre en el mundo, normalmente tiene un nombre de hombre o del mundo y una denominación (es decir, una marca que los divide y los diferencia), ya que es la obra de un hombre, y por eso la bautiza a su parecer y la divide del cuerpo de Señor cuando la denomina para que el mundo sepa que es su obra.

Pero el único Nombre que es digno para Dios, es Cristo; por eso su verdadera iglesia no tiene nombre de hombres, ni denominaciones (divisiones por nombres); por eso los ministerios establecidos por el mismo Cristo no tienen nombre de hombres; por eso las obras de Cristo no tienen otro nombre, porque al ser su perfecta obra, su propio cuerpo, sus propios miembros, su esposa y su varona tendrá su mismo nombre: Cristo.

La iglesia verdadera tendrá un nombre: Cristo; cada congregación del Señor tendrá un nombre: Cristo; cada hogar del Señor tendrá un nombre: Cristo; cada varón del Señor tendrá un nombre: Cristo; cada varona del Señor tendrá un nombre: Cristo; cada descendencia del Señor tendrá un nombre: Cristo; cada ministerio verdadero tendrá un nombre: Cristo, pues todos seremos Uno solo en El, ya que toda su iglesia verdadera estará ataviada con la obra perfecta de su Espíritu; El no recibe nada de hombres, no habita en templos o edificios hechos por hombres, no acepta las ofrendas (todas impías) de hombres, no admite las supuestas y aparentemente buenas obras (todas injustas y muertas) de los hombres, El únicamente acepta la rendición incondicional, porque de lo contrario estaremos ayudando a edificar la gran babilonia y su misterio oculto:  

Génesis 11:4

"Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre (babilonia y la torre de babel, la ciudad y el trono de la confusión y de las mezclas), cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.”

Así como bien lo dice el dicho hebreo: “coincidencia no es una palabra legítima”, Esta babel no solo fue edificada para mezclar y confundir, sino también para elevar a lo más alto el nombre del hombre y rendirle culto. Y esto se ve hoy en día, perfectamente reflejado en los magnos nombres de hombres, de ministerios y de iglesias cristianas que luchan afanosamente para que su nombre se levante en la parte más alta de la cúspide de esta babel espiritual que compite por todo el mundo. 

Eso queremos los hombres, "hacernos un nombre", edificarnos un reino propio, diciendo de labios ¡en el nombre del Señor! pero estando en división con El (mi obra).

Debemos estar en Él, en su reposo, negados para que El Viva y así poder ser Uno solo en El.

Cuando nuestras obras, esfuerzos y nombres se declaran, en realidad se hace visible claramente que estamos negando (con hechos) que Jesús es el Cristo. A pesar de todo, va a ser levantada y manifestada su verdadera iglesia, la iglesia con el Nombre de Cristo, sin ningún otro nombre de hombre o nombre del mundo; la misma naturaleza de Jesucristo se manifestará a través de su Iglesia: El Padre en Jesucristo y Jesucristo en nosotros. La varona escondida en el varón, el varón en Cristo y El en Dios Padre, perfectos todos en su unidad.

Juan 17:23

"Yo en ellos (la iglesia) y Tu en mí (dice el Señor Jesús al Padre), para que sean perfeccionados en una unidad, para que el mundo conozca que tu me enviaste, y los amaste a ellos como me amaste a mí" Ahora, quizás, sea más claro comprender y vivir por qué Jesús dice que en los tiempos finales va a venir a tomarnos de si mismo:

Juan 14:1-4

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino."

Por su puesto que la voluntad del Señor es que nos congreguemos en iglesia pero en la manifestación de su presencia, de su señorío y de su gobierno.

Él es la cabeza y nosotros miembros de su cuerpo, Él va a edificar un solo cuerpo y no miembros aislados por nombres, cabezas y formatos propios, engañados por el espíritu del anticristo quien viene a dividir y a imponer su nombre y su gobierno.

Lo que nos hace miembros del mismo cuerpo es que tenemos el mismo y único Gobierno, la misma y única Cabeza, y por lo tanto, el mismo y único Nombre, es a saber, el de nuestro Rey y Señor, Jesucristo. Esa es la única manera en que podrá haber miembros unánimes en su iglesia, para que ya no se congregue también el espíritu del anticristo el cual se reúne en medio de la confusión y la división (Hch.1: 14, Hch.2: 1, Hch.2:46, Hch.4:24, Hch.5:12, Hch.8:6, Ro.12:16, Ro.15:6, FiI.1:27, FiI.2:2).

De paso, cada miembro del cuerpo de Jesucristo debe ir delante de su presencia y preguntarle a El que es la cabeza: ¿Señor, cuál es mí lugar y mí función propia en medio de tu cuerpo? El lugar no es un sitio físico de ladrillo y sus estructuras y formatos, con nombre de hombre o del mundo, como lo pretenden establecer o instituir muchas religiones y congregaciones grandes, medianas y pequeñas,

(1Co. 2:13)

"Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual".

Hablamos de un lugar espiritual, donde el sitio físico de congregación es lo de menos (en la casa de alguno o varios, en un sitio normalmente no tan grande, o en la misma cotidianidad, el Señor lo provee), ya que lo importante es que existe un lugar espiritual específico en su cuerpo para cada uno de nosotros, dado y señoreado por la cabeza, es decir, por Cristo, en medio de ciertos miembros o hermanos donde seremos de bendición y en donde seremos bendecidos; no es escogido por nosotros que elegimos según la carne, según las apariencias y según nuestro acomodo:

1 Corintios 12:18

"Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso"  

El Ministerio de la Iniquidad - Javier Vargas

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry