Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


18 de febrero de 2013

LA IGLESIA ESTA INVADIDA POR LOS DESEQUILIBRIOS MUNDANOS


Virgilio Zaballos
 
Cada uno de nosotros llega a la iglesia en un estado deplorable de desorden, indisciplina y desequilibrio en diversas áreas de nuestra vida. Si la iglesia local donde nos congregamos no está anclada en la Roca (Cristo y su Palabra), pronto hacemos de ella un campo minado de confusiones, desordenes, indisciplinas y extremismos sectarios y religiosos...Convertimos la casa de Dios en una extensión del "ruido mundanal y una "ampliación de los sistemas de este siglo. Así la sal pierde su sabor, la luz ya no puede brillar y la mezcla es de tal magnitud que se confunden los pilares fundamentales de la claridad y el orden divino (Is.5:18-23). Llegamos a Babilonia.

La iglesia, por tanto, va a necesitar ayuda para no apoyarse en brazo de carne; sino en el brazo fuerte de Jehová y la Roca eterna de los siglos (Jer. 17:5) (Is.30:1-3) (2 Cr.32:7-8) (Gn.49:24ss.). Esto que parece tan elemental para la congregación de los que han escapado de la vana manera de vivir heredada de los padres, no lo es en el tiempo en que vivimos. Hoy, mucho de la batalla que debernos librar y de la energía espiritual que necesitamos ejercer es para "violentarnos contra los extremismos sectario / religiosos, y “tirarnos” sólidamente hacia el Eje central de nuestra fe: JESUCRISO, el Ungido y Mesías.

El Unigénito Hijo de Dios y su palabra ungida son la garantía del equilibrio que necesitarnos para el hombre, el mundo y la iglesia. Sólo él ha vivido en completo equilibrio en este mundo, aunque recibió las más feroces oleadas de desestabilización que un ser humano puede enfrentar (Heb.2:18 y 4:15-16). Jesucristo es el equilibrio verdadero para la vida del hombre. Lejos de él las olas nos derribarán.

Viajando con Jesús en la barca la tormenta y los vientos se calmarán (Mr.4:35- 41). Sólo con Jesús como Guía y Eje de nuestras vidas podremos viajar hacia los diferentes puertos que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros (Ef.2:10) (Heb. 12:2).

Sectarismo. Exclusivismo. Hedonismo (Camuflaje de la vida placentera detrás de doctrinas extremas sobre la prosperidad y el éxito). Huir de todo tipo de sufrimiento. Manifestaciones de "poder' glorificadas que desplazan la cruz de Jesucristo, su muerte y su resurrección. Énfasis desequilibrados y exclusivos en ser los “portadores” de la unción y el avivamiento. Énfasis exagerados sobre verdades muy importantes que desplazan la diversidad del Cuerpo de Cristo y los dones dados a la iglesia. Suelen ser temas monográficos que impiden el fluir de todo el consejo de Dios, tales como: Oración, alabanza, enseñanza, evangelización, economía, guerra espiritual, etc. Todas estas verdades que son partes esenciales para la edificación de la iglesia se convierten en “monotemas” expresados por líderes carismáticos, con una fuerte personalidad, que proyectan únicamente su don predominante y desechan, menosprecian o ridiculizan como inferiores aquellas capacidades que no tienen y que aparecen en otras personas.  Estas manifestaciones han conducido a ciertas iglesias locales a un reduccionismo (han reducido tanto la verdad sobre el Cuerpo de Cristo que caen en un sectarismo ciego y dañino)  que impiden que fluya la unidad de la gran Familia de Dios para dar testimonio al mundo.

Por todo ello, pondremos nuestros ojos en Jesús, a través del EVANGELIO DE LUCAS para encontrar las guías que nos conducirán a una vida anclada en el Autor y Consumador de nuestra fe. Jesucristo, el Hombre equilibrado por excelencia, es nuestra garantía de estabilidad. Con toda seguridad encontraremos sorpresas, puesto que en ocasiones lo que para Dios es equilibrio, para el hombre inseguridad; y en otras, lo que es orden y lógica humana para Dios insensatez y locura. ¡Preparémonos para sobresaltos!.

 El Milagro de Una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry