Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


22 de marzo de 2013

ANALOGÍA DEL DIEZMO - ANTES DE LA LEY


 
  Martin Stendal                                                                                                                

Abraham y Lot también son ejemplos y sombras de lo que se representa espiritualmente por las primicias “y los “Diezmos”. (Ver Génesis 14: 19). Después de la separación de Abraham y Lot, cuando Abraham escogió las tierras altas, y Lot escogió las tierras del bajo y fértil valle de las ciudades de Sodoma y Gomorra (Génesis 13: 10 – 13), Lot (junto con los pueblos de Sodoma y Gomorra) fue tomado cautivo por los cuatro reyes.
 
Abraham, con sus 318 siervos vino a rescatar y a salvar a Lot y al pueblo de Sodoma y Gomorra, recobrando todos los bienes (Génesis 14:14,16). Después, el rey de Sodoma salió al encuentro, aparece en escena Melquisedec para bendecir a Abraham (en ese tiempo, Abraham se llamaba Abram) luego (después de recibir la bendición) Abraham “le dio (a Melquisedec)  los diezmos de todo” (Génesis 14: 20).

- Obsérvese aquí que la bendición vino antes de que se dieran los diezmos.

- Obsérvese también que  los diezmos no se “pagaron”  sino que se “dieron“(manifestando así la libre voluntad o  gracia, en lugar de la ley).

- Obsérvese igualmente que los diezmos eran del despojos de la batalla, y que eran en realidad los bienes de Lot y del       pueblo de  Sodoma y Gomorra.

El resultado final de todo esto fue que Lot y los habitantes de Sodoma y Gomorra fueron “salvados” por Dios por medio de Abraham (ver Génesis 14: 19,20) y los diezmos de todos los bienes de Lot y del pueblo de Sodoma y Gomorra se “dieron” voluntariamente por Abraham a Melquisedec (que es el Señor Jesús según Hebreos 7) después de que Abraham recibiera la bendición.

La “salvación” que Dios ministró para el pueblo de Sodoma y Gomorra (que es el símbolo religioso) por medio de Abraham  no duro mucho tiempo ,porque ellos fallaron al no saber vivir en El; pues sólo Lot se sintió mal en su corazón justo cuando fue testigo del pecado y de la perversión de ellos.

Sodoma, el hogar de Lot, se equipara en la simbología con la Jerusalén religiosa: “la gran ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma y Egipto; donde también nuestro Señor fue crucificado “. (Apocalipsis 11:8

Justamente en el tiempo en que Isaac, el hijo varón prometido fue concebido, el juicio de Sodoma estaba en proceso (ver Génesis capítulo 18.32) .cuando Dios visito la ciudad, solo encontró un hombre de corazón recto, Lot.

Dios solo encontró un diezmo de lo que habría sido requerido para salvar la ciudad (El sólo encontró a Lot en lugar de los diez hombres justos que Abraham había confiado que estuvieran allí).

Lot mismo en este punto, se convirtió en el diezmo tomado por el SEÑOR de la ciudad de Sodoma, justo antes de que fuera total y eternamente destruida por el juicio de Dios (un ejemplo y sombra de estas líneas se corresponde con Apocalipsis 11:13, en cuanto al juicio la ciudad de la religión)

El hecho de que los hombres de Sodoma hubieran sido “salvados” por Dios en una ocasión anterior, y hubieran pagado el diezmo de todos sus bienes materiales (por medio del ministerio de Abraham) para Melquisedec (Cristo) no los salvó de ser consumidos en el juicio de Dios, cuando llego el momento para que Dios mismo visitara la ciudad y viera que su comportamiento para con los ángeles de Dios fue claramente malo (Génesis 19: 5).

Esta primera escena se repitió substancialmente durante la primera venida del Señor Jesús, el Cristo a Jerusalén (dando como resultado la destrucción total de la ciudad en el año 70 D.C.) hecho que podría ser repetido con respecto al mundo en su segunda venida, que está muy cerca. El resultado de esto todavía está por determinarse. (Malaquías 4:6).

Mirando todo esto desde un ángulo ligeramente diferente, si Sodoma también representa al hombre material (al hombre de pecado) que debe ser destruido completamente por la aparición del Señor, entonces Lot representara el “alma” que Dios quiere salvar. Aun así, el alma debe ser llevada a sumisión para el SEÑOR para ser tratada con El. Ella debe ser restaurada, y llevada a la madurez por el Espíritu Santo en el Hombre Nuevo (en Cristo), si va a ser fecunda y si va a multiplicarse y a heredar la promesa para reinar y para gobernar con El.

Al tiempo del fin, Dios se valdrá de una compañía de primicias para el ministerio de liberación y de la intercesión, así como Él se valió de Abraham en el ejemplo ya citado. Dios también tomara Su “diezmo” para Sí Mismo (de todo lo que sea verdaderamente Suyo)  de la ciudad de la religión, cuando el juicio final caiga sobre nuestra iglesia apóstata de hoy día, así como el saco al justo Lot de  Sodoma.

Hay una diferencia todavía más grande entre Abraham y Lot, que no se ve a primera vista. La simiente de Abraham (Cristo) va a heredar la promesa. Esta simiente (los muchos  miembros del cuerpo de Cristo, con el Señor Jesús a la cabeza) va a ser como las estrellas del cielo.

Estos son los mansos que heredaran la tierra (ver mateo 5:5) por otra parte, la simiente de los hijos de Lot no va a entrar en la congregación del Señor hasta la décima generación.

Hoy hay muchos que reclaman a la iglesia como su madre, pero Dios no es su Padre. Las hijas de Lot tomaron a su propio padre, en lugar de confiar en Dios para reemplazar a sus propios esposos que perecieron en la destrucción de Sodoma. (Los jóvenes que creyeron que Lot y los ángeles se estaban burlando cuando les advertían sobre el peligro).

Hoy hay muchos en la iglesia que han sido “engendrados” por hombres rectos que han sido separados para Dios, y liberados de la ciudad de la religión, así como Lot fue separado  y liberado de Sodoma,; y sin embargo, esto no los califica completamente para entrar en la verdadera congregación del Señor. Aquellos que son engendrados verdaderamente por Dios deben ser disciplinados, corregidos  y castigados directamente por Dios. (ver Hebreos 12:6,7).

Ezequiel escribe sobre el sacerdocio levita, al que no se le permitirá entrar en la presencia de Dios. Solamente a los hijos de Sadoc (del orden de Melquisedec) se les permitirá ministrar al Señor:

4. Y me llevó hacia la puerta del norte por delante de la Casa, y miré, y he aquí, la Gloria del SEÑOR había llenado la Casa del SEÑOR; y caí sobre mi rostro (la gloria del SEÑOR está a punto de ser restaurada a Su verdadera Casa, y esto hará que Sus verdaderos siervos caigan sobre sus rostros ante Él).

5. Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la Casa del SEÑOR (los caminos o manera de hacer las cosas del SEÑOR), y de todas sus leyes; y pon tu corazón a las entradas de la Casa, y a todas las salidas del Santuario (para aprender a caminar en el Espíritu).

6. Y dirás a la rebelde, a la Casa de Israel: así dijo el Señor Dios: Basta ya de  todas vuestras abominaciones, oh Casa de Israel.

7. De haber vosotros traído extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi Santuario, para contaminar mi Casa; de haber ofrecido mi pan, la grosura y la sangre; e invalidaron mi pacto por todas vuestras abominaciones (hoy día  han cambiado el Nuevo Pacto en otro Pacto Antiguo, trayendo la maldición de la ley sobre la Iglesia, en lugar de la bendición de Abraham)

8. y no guardasteis el ordenamiento de mis santificaciones, sino que os pusisteis guardas de mi ordenanza en mi Santuario (tomando los diezmos  y las ofrendas para ellos mismos)

9. así dijo el Señor Dios: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso  de carne, entrara en mi Santuario, de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel  (ninguno que permanezca bajo el control de la carne entrara en el verdadero santuario espiritual de la Casa restaurada).

10.  y los  levitas que se apartaron lejos de mí cuando Israel erró, el cual se desvió de mí en pos de ídolos, llevaran su iniquidad (ellos deben morir a sus propios caminos).

11. Y  serán ministros en mi Santuario, porteros a las puertas de la Casa, y sirvientes en la Casa; ellos matarán el holocausto y la victima al pueblo, y ellos estarán delante de ellos para servirles (esto es similar a lo ocurrido a los gabaonitas y a los netineos (ver Josué 9:1) (1era corintios 9:2) que empezaron con engaño y se convirtieron en leñadores y aguadores).

12. Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron a la Casa de Israel por tropezadero de maldad; por tanto, yo alce mi mano acerca de ellos, dijo el Señor Dios, que llevarán iniquidad (ellos deben morir a sus propios caminos y los deseos del alma).

13. No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se llegaran a ninguna de mis santificaciones; a mis cosas santísimas; sino que llevarán su vergüenza, y sus abominaciones que hicieron.

14. Les pondré, pues, por guardas encargados se la custodia de la Casa para todo su servicio, y para todo lo que en ella haya de hacerse (ellos harán las labores domésticas).

15. Mas los sacerdotes levitas, hijos de Sadoc, (que significa justicia, de la misma raíz de Melquisedec), que guardaron el ordenamiento de mi Santuario, cuando los hijos de Israel se desviaron de mí (cuando el Pueblo de Dios se marchó tras la prosperidad de este mundo, como Lot), ellos (de la orden de Melquisedec) se acercaron a mí para ofrecerme la grosura y la sangre, dijo el Señor Dios.

16. Ellos entrarán en mí Santuario, y ellos se acercarán a mi mesa para ministrarme, y guardarán mi ordenamiento. (Ezequiel 44: 4 –16)

El ministerio es una grave responsabilidad. Los que han sido puestos en el ministerio por Dios y se les ha permitido tocar los diezmos y las primicias del SEÑOR, son responsables ante El por su fidelidad (muchas de las parábolas del Señor Jesús tienen que ver con esto).

Considérese el caso del justo Lot y de los levitas (ordenados por Dios en el ministerio) ¡que no calificaron para heredar la promesa!  “y si el justo con dificultad se salva; ¿en dónde aparecerá el infiel  y el Pecador? (ver 1 pedro 4:18).

Y ¿Qué pasara con aquellos que están pidiendo diezmos y ofrendas, y han sido puestos en el ministerio por el hombre en lugar de serlo por Dios?

El temor del SEÑOR se ha perdido tristemente hoy día entre la mayoría del Pueblo de Dios, pero está a punto de ser restaurado. Un pequeño remanente está siendo tratado y perfeccionado para que ellos puedan ser un ejemplo y un ministerio para el resto del Pueblo de Dios.

Si, Dios está restaurando Su Casa, y esto será glorioso.
                                                             
 Autor:  Martín Stendal.      
Adaptación:  Luis Meza.                                                                                                                    

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