Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


4 de noviembre de 2014

IMAGINACIONES


Charles E. Newbold Jr.

La Babilonia espiritual se caracteriza por imaginaciones vanas. Dios vio respecto de los de Babel, que “nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer”. Gen. 11:6. Estaban construyendo para si mismos, con sus propias manos, con ladrillo y lodo, lo que habían imaginado en sus mentes.

La capacidad para imaginar, igual que la capacidad de razonar y tomar decisiones, es una virtud dada por Dios. Las imaginaciones no son malas en y por si mismas. Se hacen malas cuando nos gloriamos en las cosas que inventamos como resultado de ellas. Podemos conseguir logros espectaculares con el trabajo de nuestras manos, a partir de las imaginaciones de nuestras mentes. Caminamos por la Luna y ponemos vehículos sobre Marte. Cargamos gigabites de memoria en pequeños chips de ordenadores. Surfeamos millas infinitas sobre la inmensa autopista de información que es internet. Empequeñecemos las grandiosas pirámides de Egipto con modernos rascacielos. Una persona en el lugar correcto con la forma de pensar equivocada, puede pulsar un botón y aniquilar grandes ciudades en unos cuantos minutos.

Por las mismas fuerzas del intelecto e imaginación, podemos construir mega-ministerios, universidades, catedrales, y dar la vuelta al globo con “televisión cristiana” y “programación cristiana”. Hacemos lo que aparentan ser “poderosas explosiones para Dios” con el brazo de la fuerza del yo. Nada nos parece imposible a nosotros si tan solo podemos imaginarlo.

María dijo de Jesús mientras El estaba aún en su vientre: “Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones” Lucas 1:51. Pablo escribió respecto de los injustos que “no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”. Rom. 1:21.

Tenemos que echar abajo “imaginaciones y todo pensamiento altivo que se exalta por encima del conocimiento de Dios” y “llevar a la cautividad todo pensamiento que no se someta a la obediencia a Cristo” 2ª Cor. 10:5. A menos que nuestras obras sean inspiradas por Dios, no aguantarán el fuego de Dios. Serán madera, heno y hojarasca. 1ª Cor. 3:11,15.

El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry