Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


14 de julio de 2018

BRUJERIA EN LA VIDA DIARIA


Charles E. Newbold Jr

Acab hizo algo abominable a los ojos de Dios: se casó con esa mujer, Jezabel, que trajo sus idolatrías y su brujería a la casa del Señor. La Jezabel de Acab, la Jezabel de Apocalipsis 2:20, y la gran ramera de Apocalipsis 18, fueron cada una de ellas conocidas por sus brujerías.

En cuanto a la Jezabel de Acab, 2ª Reyes 9:22 nos dice que “¿Hay paz, Jehú? ¿Qué paz con las fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?”

En cuanto a “esa mujer, Jezabel”, en Apocalipsis 2:20, Jesús dijo que enseñaba y seducía a “mis siervos a cometer fornicación, y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.”. La palabra griega para seducir, también ha sido traducida como “cautivar” o “engañar”. Estos términos están relacionados con la brujería.
En cuanto a la gran ramera que se sienta sobre las muchas aguas, Apocalipsis 18:23 menciona que todas las naciones fueron engañadas por su hechicería.

DEFINIENDO LA BRUJERÍA
La práctica de la brujería es una obra de la carne. Pablo escribe: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidia, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; y os digo que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios”: Gál. 5:19.-21. La palabra griega para hechicería es pharmakeia, que se refiere a la persona que prepara y utiliza remedios mágicos. La versión inglesa King James la traduce como “brujería”.

Aunque la brujería es una obra de la carne, el espíritu de brujería puede influenciar a nuestra carne para que hagamos todas las otras obras de la carne. Pueden atraer a la carne a cometer adulterio y fornicación. Puede manipular circunstancias en nuestras relaciones para levantar contiendas, celos, y arranques de ira. Puede controlar todos los aspectos de nuestra carne para hacer el mal si dejamos que tome dominio.

La brujería, como obra de la carne, tiene dos dimensiones en sí. Uno es el concepto estricto y familiar que surge normalmente en la mente. Evoca la imagen de una mujer vieja y huesuda, con el rostro arrugado y una voz estridente, encorvada sobre una tetera de hierro, hirviendo una poción de arañas y hierbas para hechizar a las personas. Evocamos muñecas de vudú, tablas de ouija, tarjetas del tarot, bolas de cristal, lectura de las manos, astrología, meditación, parapsicología, fenómenos psíquicos y telepatía mental. La forma mas descarada de brujería es la adoración satánica, en la que se sacrifican niños y animales para obtener poder espiritual. Todas estas prácticas pertenecen al lado oscuro de la brujería. Jezabel ciertamente practicaba la cara oculta de la brujería y se rodeaba de profetas que hacían lo mismo. La Biblia deja absolutamente claro que tales prácticas son una abominación para Dios. Lev. 19:26; Deut. 18:10.

La otra dimensión de la brujería es más amplia y más sutil. La defino como cualquier cosa que hacemos para manipular a otros en contra de su voluntad, para lograr los deseos propios egoístas. La manipulación es un intento de controlar a alguien. El control y la manipulación son prácticas de la brujería. En nuestro día, no usamos poción de brujas para controlar a los demás. Más bien, hacemos otras cosas como utilizar las emociones, retenemos afectos, provocamos temores, provocamos culpa, intimidamos con la ira, mentimos y engañamos o usamos la autocompasión.

La práctica de la brujería en este sentido más amplio del término, abunda en nuestras vidas y tiene efectos devastadores sobre nosotros en la vida diaria. Si podemos ver como funciona en la vida diaria, quizás podamos ver lo común que es su práctica en esta Cosa que llamamos la iglesia. (Trataré con los demonios de la brujería en el siguiente capítulo).

El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry