Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


21 de julio de 2018

CANTICO DE ALABANZA A LA CREACION


George Warnock

El profeta Isaías fue atrapado en el Espíritu y dijo, “Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria.” (Isaías 6:3). Y el Salmista llama a toda la creación a mostrar las excelencias de Su Creador:

Alabe la creación al SEÑOR
¡
Aleluya!
Alabad al SEÑOR desde los cielos; Alabadle en las alturas.
Alabadle, todos sus ángeles; Alabadle, todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna; Alabadle, todas las estrellas luminosas.
Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos.
Alaben ellos el nombre del SEÑOR, Pues El ordenó y fueron creados;
Los estableció eternamente y para siempre, Les dio ley que no pasará.
Alabad al SEÑOR desde la tierra, Monstruos marinos y todos los abismos;
Fuego y granizo, nieve y bruma; Viento tempestuoso que cumple su palabra;
Los montes y todas las colinas; Árboles frutales y todos los cedros;
Las fieras y todo el ganado; Reptiles y aves que vuelan;
Reyes de la tierra y todos los pueblos; Príncipes y todos los jueces de la tierra;
Jóvenes y también doncellas; Los ancianos junto con los niños.
Alaben ellos el nombre del SEÑOR, Porque sólo su nombre es exaltado;
S
u gloria es sobre tierra y cielos.

(Salmos 148:1-13)

No tenemos que mirar muy lejos en este pasaje para ver lo que Dios considera que es la verdadera alabanza. ¿Cómo pueden las cosas creadas alabarle? ¿Cómo pueden incluso las cosas inanimadas o impersonales alabarle? Sólo cuando cada criatura en su propio lugar y llamamiento, dé expresión a ese aspecto de la gloria con que Dios dotó a cada una en la creación: el sol mediante su brillar, la luna mediante el reflejo de la gloria del sol; las estrellas al adornar el cielo de la noche y dar dirección y guía al hombre; el fuego al consumir; el viento al soplar; el árbol al mover sus hojas, y producir su fruto para el hombre o leña para el hogar; las aves con su canto; o el juez mediante la ejecución de justicia en la tierra; los hombres jóvenes y las mujeres, los ancianos y los niños... cada uno exaltando al Señor en palabra y en hecho, en cánticos de alabanza—y mucho más que eso—en toda su manera de vida. Si no estamos haciendo eso, no estamos alabando a Dios. La alabanza en demasiados casos se ha convertido en un ritual al que el pueblo se somete durante unos momentos en las reuniones de la iglesia—solo para dejar el lugar de asamblea para seguir con sus propios intereses egoístas el resto de la semana. La verdadera alabanza es simplemente esa forma de vida que uno vive al unísono con su Señor, cuando el cumple el propósito ordenado de Dios para su vida. No está emulando nada ni deseando el lugar ocupado por otro—sino simplemente está dando expresión a la vida creada y al llamamiento que Dios da a cada hombre.

Y así se cumple la profecía de Isaías: “Esto se escribirá para las generaciones futuras; para que un pueblo aún por crear alabe al SEÑOR. (Salmos 102:18).
De acuerdo con la naturaleza y el carácter de la vida de la Nueva Creación que Dios nos ha dado, así vivamos “para alabanza de la gloria de Su gracia” (Efesios 1:6,12). Algunos intentan de forma tan vehemente emular los caminos de los demás que fracasan en cumplir el propósito específico que Dios tenía en mente para ellos. El canto del pajarillo es tan agradable para el Señor como el graznido del ganso canadiense, porque está cumpliendo el propósito para el cual Dios lo creó. El petirrojo o la alondra estarían completamente fuera de su elemento si intentaran ladrar como un perro, o graznar como el ganso. El humilde es aquel que permanece fiel en su llamado ante el Señor, y orgulloso es aquel que intenta mostrarse a sí mismo como algo diferente de aquello para lo que Dios le creó. El pavo real tiene fama de ser orgulloso, cuando extiende sus plumas para que todos lo admiren. Si tuviera conocimiento suficiente para saber lo que la gente piensa, se preguntaría por qué le consideran orgulloso al tener un plumaje tan maravilloso. No ve nada especial en sí mismo. No hay vanagloria, ni orgullo, ni deseo de emular al águila o a la grulla, o a la golondrina, ningún intento en absoluto de ser un poco más bonito, o un poco más espectacular que la forma en que Dios lo creó. Simplemente extiende sus alas y da gloria al Dios que le creó. Pero el hombre de corazón orgulloso mira y dice: “¡Mira qué orgulloso es el pavo real!”

El huerto de Dios - George Warnock

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry