Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


8 de julio de 2018

LA HERENCIA


Charles E. Newbold Jr

Nabot se horrorizó por el insulto de Acab. Su viña era más que una parcela de terreno. Era la herencia de sus padres. “Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.”, dijo a Acab.

Escucha el doble significado aquí: “la heredad de mis padres”. Lo que fue tomado de Nabot, fue tomado de sus antepasados igualmente. Si la herencia que yo deje a mis hijos es robada, me es robada porque era mi herencia para ellos. Se convierte en una cosa personal.

Nosotros, como la viña de Dios, somos su herencia. Pablo oró por los efesios—una oración que todos nosotros podemos reclamar—“para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a qué ÉL os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos”.
Efes. 1:17-18.

De igual modo, nosotros tenemos nuestra herencia en Él. Efesios 1:11 dice que hemos recibido una herencia por Cristo. Colosenses 1:12 añade que somos participantes de la herencia de los santos en luz. Hebreos 9:15 nos asegura que tenemos la promesa de la herencia eterna. 1ª Pedro 1:3-4 declara que hemos nacido de nuevo de entre los muertos para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo, que nos deja una herencia incorruptible. Está reservada en el cielo. Nuestra redención en Cristo Jesús es una herencia maravillosa para nosotros. Es lo que Dios quiere para nosotros. De igual modo, nuestra redención es una herencia para Dios. Es lo que Dios quiere para Él mismo. Para Él también es una cosa muy personal.

El Israel antiguo recibió una herencia de tierra. Habían de tomarla para ellos mismos y para Dios. Espiritualmente hablando, también nosotros hemos recibido una tierra que poseer para nosotros y para Dios. Nuestra tierra es nuestras almas, es decir, nuestras mentes, voluntades y emociones. Tenemos una herencia espiritual de justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo, de redención, santificación y glorificación; de convertirnos en los hijos de Dios por la obediencia. Porque somos los herederos de Dios y coherederos con Cristo. Rom. 8:17. Recibimos lo que Dios tiene para nosotros y Dios recibe lo que El debe tener de nosotros. Nos beneficiamos mutuamente.

Por tanto, no es ninguna sorpresa que Satanás tirara de las cuerdas sobre sus marionetas de Acab para robarnos a nosotros y a Dios de nuestra herencia. Satanás, como Acab, quiere la viña de Dios para él mismo. Su misión fundamental en nuestras vidas es destruir a aquellos de nosotros que somos herederos y coherederos con Cristo. Los falsos pastores se camuflan entre el rebaño como lobos con piel de oveja, para reclamar la herencia de Dios para ellos mismos. Los pastores se refieren a sus congregaciones como el pueblo de ellos. Identificamos a un cuerpo de creyentes como la iglesia del “hermano Bobby”. No podemos poseer lo que pertenece a Dios. Pertenecemos los unos a los otros en el reino de Dios, pero nunca hemos de poseernos unos a otros. Somos sus ovejas, las ovejas de Su prado.

Acab quería la viña para hacerla un huerto, no por las uvas ni el vino que producía. Quería cambiar su carácter. Los Acabs de hoy cambian el carácter de la viña santa de Dios. Clonan a los demás para parecerse a ellos mismos con el fin de satisfacer sus propios planes en lugar de permitir que el Espíritu Santo conforme a otros a la imagen de Jesús. Satanás gana el control de la viña de Dios a través de personalidades que se han engrandecido a sí mismas, de los Acabs de mano dura que gobiernan las iglesias.

El sistema de la iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

No hay comentarios.:

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry