George Davis y Michael Clark
En Apocalipsis 14:4‐5 leemos de un grupo a quienes llama “vírgenes… no contaminados con mujer.” Habiendo sido redimidos de entre los hombres, estos son una ofrenda de primicias para Dios y para el Cordero.
Son la Iglesia virgen que está en contraste con la fornicación espiritual de la iglesia apóstata. Se diferencian todavía más por las siguientes palabras: “Estos son los que siguen al Cordero por donde quiera que Él va”.
El grupo de las primicias sigue al Cordero, no a los hombres. A diferencia de la iglesia apóstata, estos tienen oído para lo que el Espíritu dice a las Iglesias. ¡Viven por el Cristo que habita en ellos y Le siguen! Han abierto la puerta a Cristo y Él ha venido a ellos y ha cenado con ellos.
Los que siguen al Cordero son como el viento y Le siguen por dondequiera que Él vaya. No están contaminados con mujeres. ¿Qué mujeres? No fueron contaminados ni se perdieron por la iglesia ramera y sus hijas, que “han hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación” (Apocalipsis 14:8).
No se han corrompido por el que dirige el intelecto y el poder del hombre carnal, cuya copa está llena de la sangre de los santos. Estas vírgenes son dirigidas por la vida interior y el impulso del Cordero. ¡Ellos constituyen la esposa del Cordero! Donde va el Cordero, ahí esta Su esposa, a su lado.
Mucho de lo que hoy día se llama “cristiano”, prefiere ser dirigido por su propia luz o entendimiento de lo que ha sido hablado o escrito en el pasado, en lugar de por Aquel que habla ahora. Recuerda las palabras de Jesús en el desierto, “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale [tiempo presente] de la boca de Dios.”
El autor de Hebreos emite una sobria advertencia:
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos” (Hebreos 12:25)
Si pudiéramos convertir a una ramera en una virgen simplemente llamándola virgen, entonces podríamos honestamente llamar a lo que no es dirigido momento a momento por el Espíritu de Dios, “la Iglesia”.
No contaminados con mujer - George Davis y Michael Clark
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