Davis y Clark
La fe de Abraham
se basaba en el oír de la fe. Tenemos la tendencia a creer, debido a años de
condicionamiento evangélico, que el oír de la fe viene mediante la lectura de
la Biblia. Durante años, los cristianos se han sentado pasivamente en los
bancos de las iglesias escuchando decir a los predicadores de la Biblia, “La fe
viene por el oír y el oír la Palabra de Dios”.
Leer la Biblia es maravilloso,
pero éste no es el oír de fe porque
Abraham no tenía Biblia. Entonces, ¿A qué se refiere? La respuesta la hallamos
en el pasaje de arriba.
El oír de fe viene mediante la unión con Él, que da el
Espíritu y obra en medio de vosotros. Cuando Abraham creyó en Dios, no estaba
leyendo la Biblia sino escuchando a
Dios por el Espíritu. Creyó lo que escuchó y le fue tenido por justicia, no por
obras, sino por la fe.
El hombre religioso lucha para completar por sus propios
esfuerzos lo que fue comenzado por Dios. Fue a los tales a quienes dirigió el
juramento, “Juro en mi ira que no entrarán en mi reposo”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario