21 de septiembre de 2012

SUSTITUTO DE JESÚS


Charles E. Newbold Jr.

Cuando predicamos la iglesia, como lo hacemos de forma muy astuta, predicamos por tanto otro evangelio, un falso evangelio. Perpetuamos la mentira. Con frecuencia tenemos mucho celo por evangelizar a la gente hacia nuestras iglesias; sin embargo, nos cuesta guiarlos a negarse a si mismos, tomar su cruz, y seguir a Jesús. Tal mandamiento de parte de Jesús, es un concepto extraño a la mayoría de los cristianos hoy. Si Llevamos a alguien a Cristo, inmediatamente imponemos membresía de iglesia sobre ellos, esperando especialmente que se unan a “nuestra” iglesia.

Personalmente he anhelado tener comunión con otros creyentes que estuvieran dispuestos a ser el cuerpo de Cristo conmigo sin tener que fichar por la esclavitud y jugar según las reglas que proceden de ser miembro de una de estas instituciones. No encuentro satisfacción en pagar mis cuotas a la iglesia solo para saludar y “dar palmaditas” a otros creyentes, mientras todos nos escondemos detrás de fachadas religiosas fingidas.

Si fuera cierto que ir a la iglesia fuera sinónimo de venir a Jesús, entonces tendríamos que preguntar: ¿Qué Jesús es éste? ¿Es el Jesús Bautista? ¿La Iglesia de Jesucristo? ¿El Jesús Metodista? ¿El Jesús Presbiteriano? ¿El Jesús Católico Romano? ¿El Jesús Ortodoxo? ¿El Jesús Protestante? ¿El Jesús Carismático o Pentecostal? ¿El Jesús Independiente? Hay tantos para escoger. La gente sin iglesia mira a esta mezcla de iglesias a las que son invitados a entrar a formar parte, y se preguntan como alguien puede desear ser parte de eso.

Damos nuestros corazones a estas Cosas que llamamos iglesia más que al Señor Jesús.  Son enemigos de Dios porque están tomando su lugar, sustituyendo a lo que es santo, a lo que es Suyo.

 El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.

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