Virgilio Zaballos
Con
una naturaleza proclive al desorden. Dependemos de los padres para sobrevivir y
a la vez queremos hacer nuestros propios caprichos. Deseamos hacer lo bueno
pero nos sale lo malo. Queremos amigos, vivir en convivencia, pero una y otra vez
surge la pelea y el alejamiento... Anhelamos que papá y mamá vivan juntos, se
amen y respeten; y sin embargo los dividimos para conseguir nuestros deseos.
¡Que locura! La naturaleza del hombre está desequilibrada porque nacemos en
pecado, con la simiente del diablo, y sin embargo somos criaturas de Dios. La
lucha interior entre el bien y el mal nos atormenta la mayor parte de nuestra
vida. La confusión y el desorden lo llevamos dentro de nosotros mismos, por
consiguiente necesitaremos ayuda del exterior. ¿De donde vendrá mi socorro?
El Milagro de una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
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