Charles E. Newbold Jr.
Israel fue escogido por Dios para que
pudiera tener un pueblo que fuera llamado por su Nombre. Deut. 28:10; 2ª Cron.
7:14; Dan. 9:19; Hechos 15:14. Habían de ser un pueblo a través del cual Dios
haría un Nombre para Sí mismo. 2ª Sam. 7:23; 1ª Cron. 17:21. Serían para El un
pueblo, un nombre, una alabanza, y una gloria. Jer. 13:11.
Israel había de ser una nación
(separada) de personas para el Señor. Después de tres meses de salir de
Egipto y de haber acampado en el
desierto del Sinaí, Moisés subió al monte a hablar con Dios. Dios le dijo a
Moisés que dijera al pueblo: “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y
como os tomé sobre alas de águila, y os he traído a mi. Ahora, pues, si diereis
oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre
todos los pueblos; porque mía es la tierra: Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente
santa.” Éxodo 19:4-6.
Los seguidores de Cristo, sean judíos
o gentiles, son el cumplimento de la expectativa divina. Pedro escribió
respecto de los que creerían en Jesús: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido de Dios para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable”: 1ª Ped. 2:9.
El Señor había de ser su Dios y ellos
habían de ser Su pueblo. No debían tener otros dioses delante de ellos. No
debían invocar el nombre de cualquier otro dios y darle a ese dios la gloria
por las cosas que Dios había hecho a favor de ellos. Eso sería un gran insulto
a Dios, a su Nombre, y a aquellos que eran llamados por Su nombre. Dios esta
celosamente celoso de todas aquellas cosas en las que ponemos más confianza,
consuelo y placer que en Él mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario