18 de febrero de 2013

LA PROHIBICIÓN


Charles E. Newbold Jr.

 
Dios sabía que la única forma de asegurar que los Israelitas permanecieran fieles a El, era prohibirles mezclarse con los paganos de la tierra. El hizo un pacto con ellos mientras estaban en el desierto. El les dijo que haría maravillas entre ellos expulsando al amorreo, al Cananeo, al Heteo, al ferezeo, al Heveo, al Jebuseo de delante de ellos cuando entraran en Canaán.

No obstante, Dios les advirtió que tuvieran cuidado de no hacer un pacto con los habitantes de la tierra hacia la que se dirigían. Dejar de destruir los altares idolátricos de los paganos, romper sus imágenes, y destruir sus lugares de adoración de ídolos, sería una trampa en medio de ellos. Los Israelitas “tomarían a sus hijas para sus hijos, y sus hijas fornicarían en pos de sus dioses, y harían a sus hijos fornicar tras sus dioses”: Éxodo 34:10-17.

La adoración de otros dioses es idolatría, y la idolatría es cometer fornicación, en lo que respecta a Dios.  Dios también lo llama fornicación y adulterio. La versión King James de la Biblia en inglés lo traduce “fornicación”. Este lenguaje radical describe el corazón de Dios en el asunto de la idolatría. Debería hacernos caer sobre nuestros rostros, arrepentirnos rápidamente de nuestras idolatrías, y volvernos a Él con un corazón puro no adúltero.

 El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.

 

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