Charles E. Newbold Jr
“Los líderes falsos
todavía quieren quitar el polvo de esas sillas de mano para conseguir que las
personas les estén sometidos”, matizó Bill. “Esto sucede por todo el mundo. Los
líderes de esta misión Haitiana mostraban la tabla de suministros de su organización
con mucho orgullo. El nombre del líder
principal de la misión se había colocado en la parte superior de la pirámide.
Seguidamente estaban los otros líderes con la gente que formaba la línea base.
Me preguntaron, “¿Qué piensas de esto?”
“¿Quieres saberlo de
verdad?”, Respondí.
“Seguro, hermano Bill”.
“Si Jesús entrara en
este instante, el la arrancaría de la pared, la pondría boca abajo y diría,
“Ahora si es una tabla de suministros”.
Bill terminó, “Los
líderes verdaderos ponen a la gente en lugares de honor y les llevan en silla
de mano que son adornadas con tierno cuidado y misericordia. Si el ministro no
se ve a sí mismo como uno entre la novia desposada de Cristo, violará a la
novia, usándola para beneficio propio”.
EL Ministro Babilónico
se ve a sí mismo no solo como alguien que ha sido apartado, sino como alguien que ha sido puesto por encima del
“laicado”. El es el “profesional”. Se pone títulos en su ambición personal de
edificar para sí mismo una ciudad, una torre, y un nombre. La reputación es
algo muy importante para él. Aunque a sí mismo se llama el siervo de ellos, con
más frecuencia que no, llama al rebaño para que le sirva, para sus planes y
para sus programas. Sin embargo, él está eternamente atareado haciendo el
trabajo de la iglesia en lugar de la
gente—obra de iglesia, no obra del
reino de Dios.
La tradición ha obligado
a este ministerio --que es el único hombre en su propio show-a cumplir muchas
funciones que no están dentro de sus dones. Muchos en EL Ministerio caen en
orgullo cuando intentan tomar responsabilidades que no pertenecen a sus dones.
Ese orgullo y ambición lleva a la frustración y al agotamiento.
El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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