5 de diciembre de 2014

EL SENTIDO DE LA VIDA (Lc.5:27-32)


Virgilio Zaballos

Uno de los mayores beneficios que puede experimentar el ser humano es encontrar el sentido de la vida. Las grandes frustraciones del hombre vienen dadas por la falta de ese sentido de la existencia y del propósito (proyecto) en este mundo.

El apóstol Pedro lo encontró, después de una noche de fracaso y pérdida, obedeciendo la voz de Jesús (Lc.5:1O-11) (Mt.4:18-20). Mateo (Leví), recibió el verdadero sentido a su vida cuando respondió con firmeza al llamamiento del Mesias. Solo una palabra le bastó para entrar a formar parte de la dicha mas grande del hombre: "Sígueme”. Desde ese momento abandonó la rutina diaria de cobrar impuestos para otros, y entró en el dinamismo glorioso de ser un discípulo de Jesús. 

El llamamiento divino es un beneficio de la gracia de Dios que transforma nuestra existencia y la eleva a un sentido de dirección privilegiada. No todos han sido llamados para ser apóstoles, profetas o pastores... dejándolo todo para seguir al Maestro; pero todos podemos experimentar la dicha de ser llamados a la comunión con el Hijo que revolucionará nuestras vidas (1Jn.1:1-3). Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1Co.1:9).

 El Milagro de Una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos

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