George Warnock
Esta era la provisión de
Dios para los primeros predicadores del evangelio del Reino que Jesús envió:
“Les ordenó que no
llevaran nada para el camino, sino sólo un bordón; ni pan, ni alforja, ni
dinero en el cinto; sino calzados con sandalias. No llevéis dos túnicas.”
(Marcos 6:8-9).
Se que vivimos en
tiempos distintos. Pero también se que, con todo lo hermoso que pueda parecer
todo esto en esta era de los grandes aviones, los satélites y las antenas
parabólicas—nos hemos cargado absolutamente con un sistema que exige una enorme
cantidad de enredos para un pueblo peregrino. No pensemos ni por un instante
que el Reino de Dios depende de alguna manera de los modernos recursos del
hombre, con toda su maquinaria electrónica. Usamos lo que Dios provee. Pero
cuando toda la maquinaria de nuestro moderno estilo de vida haya sido barrida,
la propagación del Evangelio de Cristo no sufrirá por causa de ello.
Nuestro verdadero
calzado no son las sandalias que llevamos, sino el calzado de “la preparación
del evangelio de la paz”.
El bordón en la mano es
todo lo que necesitamos. Nuestro cetro real es lo que procede de Él, el Rey de
reyes y el Señor de señores.
Nuestra verdadera túnica
consiste en las vestiduras de justicia, la capa bordada del ministerio
sacerdotal, con el efod alrededor de la cintura y la mitra de santidad sobre
nuestras cabezas.
Cualquier provisión que
necesitemos para nuestro camino de peregrinaje—Dios será fiel en proveerla.
Nuestra verdadera provisión está en el hecho de que Él nos envía. Porque si Él
nos envía, entonces Él es responsable de nuestro bienestar. Simplemente andamos
como “peregrinos”, como embajadores con un mensaje del Cielo, dejamos caer la
semilla en los corazones de los hombres y confiamos que Dios riegue, cultive y
cuide a la planta creciente y que produzca fruto para Su gloria.
Coronado con Aceite - George Warnock
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