Charles E. Newbold Jr
Las
personas aprovechadas y egoístas que gobiernan las iglesias
son típicamente alimentadas por la necesidad de crecer en ellas
mismas en poder, posición, riquezas y dominio. Son los Nicolaítas
que están incitados por el espíritu de Jezabel.
Amasan
grandes sumas de diezmos y ofrendas obtenidos injustamente para
construir cuidados edificios para ellos mismos en lugar de embellecer
al Señor de gloria y a Su novia. Seducen a los demás para que se
unan a ellos, en lugar de unir a los demás a Jesucristo. Maquinan
tramas, programas, y planes de marketing para completar con logos y
slogans con el fin de inducir a que los demás se unan a ellos.
Inspiran lealtad y entrega hacia ellos mismos y su visión, en lugar
de hacia Jesús y a Su visión por la esposa.
Ciegan
a las personas a sus propias leyes y doctrinas falsas. Producen culpa
en las personas para que firmen compromisos, consiguiendo que hagan
juramentos que Dios nunca les pidió que hiciesen. Construyen sus
identidades alrededor de sus nombres, posiciones, collares
clericales, títulos, denominaciones, tradiciones, doctrinas y
herencias. Engañan a la gente haciéndoles creer que estar muy
ocupados es piedad. Usan su poder para dotar a los demás de poder,
con el fin de conseguir aliarlos con ellos mismos. Dan los lugares de
preeminencia a las personas que llegan con anillos de oro e
indumentaria costosa. Santiago 2:2. La gente, su dinero y sus
talentos son travesaños en la escalera que utilizan para subir a las
alturas de sus propias ambiciones, que son alimentadas por su propia
imaginación.
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