4 de julio de 2018

ELLA CONSULTA A LOS PROFETAS DE BAAL


Charles E. Newbold Jr

El espíritu de Jezabel consulta a los profetas de Baal. Los profetas de Baal dicen cosas que atraen y atrapan a los deseos de la carne.

El Acab de Jezabel tenía sus propios profetas de Baal. Ella dejó que los profetas de Baal comieran en su mesa. 1ª Reyes 18:19. Hacían cosquillas en sus oídos diciéndole lo que ella quería oír. Quería oír lo que pensaba que pudiera producir un aumento de poder, control y grandeza hacia sí.

Ese era el caso de Acab, cuando se unió a Josafat en guerra contra el Rey de Siria sobre Ramot de Galaad. Josafát rogó a Acab que buscara al Señor antes de ir a la batalla. Acab reunió unos cuatrocientos hombres de los profetas de Baal, y le dijeron que procediera, asegurándole que el Señor le libraría. Ya estaba en su corazón el proceder de esta manera, y así, le dijeron lo que quería escuchar. Josafat preguntó, “¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el que le consultemos?” Sin duda alguna, Acab se encolerizó con la sugerencia. Acab conocía a Micaías pero le dijo a Josafat:

Le aborrezco porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal”. No obstante, Micaías fue consultado y le dijo a Acab lo mismo que los profetas mentirosos le habían dicho: “Sube y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.” Acab sabía que no estaba hablando la palabra del Señor y le ordenó que hablara la verdad. Y así, le dijo: “Vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor.” 2ª Crónicas 18:22 añade, “Jehová ha hablado el mal contra ti.” ¡Fascinante! Acab sabía que Micaías no hablaba verdad, que no era la voluntad de Dios que saliera a la batalla, pero lo hizo de cualquier modo, trayendo su propia destrucción. 1ª Reyes 22.

Los “Acabs” de las iglesias de hoy se rodean de hombres del “Sí”. Seguirán arrodillándose a sus propios Baales y consultarán a sus propios profetas de Baal siempre que sean adictos a lo más Grande, lo mejor, y lo máximo.
Más grande, mejor y más de todo. Edificios de iglesia más grandes. Mejores salarios. Más miembros. Ofrendas mayores. Honor, reconocimiento y reputación mayores. Incluso sabiendo que esto les lleva a su propia destrucción, su insaciable apetito de aumentos, les empuja hacia delante. Lo hacen, de cualquier forma.

El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

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