Virgilio Zaballos
Para
poder establecer prioridades divinas en nuestras vidas necesitamos:
PRIMERO:
No conformarnos al esquema de este mundo... (Ro. 12:2). No amar al
mundo, sus pasiones, sus prioridades (1Jn.2:15-17). Sin este
inconformismo santo no tendremos convicción (fe) para que se
produzca la revolución divina que necesitamos. La fe en Jesús y Su
Palabra es lo que vence al mundo y sus perros rabiosos.
SEGUNDO:
Amar a Dios con todo nuestro corazón... establecer una comunión
firme con la Deidad; querer hacer Su voluntad, osea, obedecerle y
amar al prójimo... entrar en el servicio a los demás desde las
bases correctas bien establecidas.
Sólo
así podemos recibir la gracia necesaria para disciplinarnos. Jesús
dijo, que donde esté nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón
(Mt .6:21 y 12:35); y el corazón es el hombre interior, el renacido,
el que debe tomar el mando de nuestras vidas una vez que hemos nacido
de nuevo. Es nuestro espíritu el que recibe las instrucciones y la
dirección del Espíritu de Dios.
“El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios”
(Ro.8:16).
“Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu
del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de
Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido
el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos ha concedido (1Co.2:11,12).
El milagro de una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
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