Charles E. Newbold Jr
La
práctica de la brujería, intentar que otros hagan cosas en contra
de su propia voluntad—impregna cada nivel de la experiencia humana,
desde los políticos que nos engañan para conseguir nuestros votos,
los anuncios que envían mensajes subliminales, los comerciantes que
tratan de engancharnos con sus productos, los clérigos que tratan de
dictar a nuestras conciencias, hasta los artistas, que juegan con
nuestras emociones. Todo el mundo quiere algo de nosotros.
Principalmente quieren nuestro dinero, y si pueden, explotarán
nuestros cuerpos, almas, mentes, tiempo y talentos para conseguirlo.
La mayoría de nosotros practicamos la brujería sin ser conscientes
de ello. La práctica de la brujería es tan sutil y común que o
bien no la reconocemos, o bien nos hemos insensibilizado a ella.
Simplemente experimentamos su frustración.
La
práctica de la brujería es la causa principal de problemas en el
mundo. Es la causa principal de problemas en el hogar entre maridos y
esposas, padres e hijos, hermanos y hermanas, que intentan
manipularse el uno al otro. Es la causa de contienda entre amigos y
naciones. Es la mayor fuente de conflicto en las iglesias.
Sentimientos
de culpa, depresión, sospechas, meditaciones mentales y ensayos, ira
y amargura, fantasías, confusión, celos, deseos irresistibles, y
obsesiones, pueden ser provocados por la práctica carnal de la
brujería. La pobreza, el crimen, la enfermedad, afecciones y
conflictos en la relaciones, están también entre los efectos de la
brujería.
La
brujería influencia esos comportamientos en nuestras vidas sobre los
que no tenemos fuerzas—cosas a las que podemos ser adictos: el
tabaco, la bebida, las drogas, la televisión, el internet, la
música, la comida, los deportes, la pornografía, el sexo, las
relaciones y los juegos de azar.
El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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