Charles E. Newbold Jr
En
contraste con la brujería, el Espíritu Santo es manifestado por el
poder de Dios obrando en nuestras vidas. Produce honestidad, verdad,
claridad, confianza, fe, seguridad, descanso, paz, gozo, vida,
bendiciones, justicia, luz, poder, salud y sanidad, humildad,
sometimiento, un espíritu quieto y benigno, perdón y libertad.
El
Espíritu Santo opera cuando basamos nuestra seguridad y fe en
Jesucristo como Señor. Zacarías 4:6b dice: “No con ejército, ni
con fuerza, sino con Mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
Ejércitos.” Una vida en el Espíritu camina en la confianza del
Salmo 37:23: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él
aprueba su camino.”
Santiago
3:14-18 resume este contraste entre el Espíritu Santo y la brujería
para nosotros: “Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. Porque
esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es
terrenal, animal, diabólica.
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda
obra perversa.
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos,
sin incertidumbre ni hipocresía, y el fruto de justicia se siembra
en paz para aquellos que hacen la paz.” Nota como Santiago usó
estas tres palabras: terrenal, animal (sensual), diabólica. Estas
concuerdan con la progresión del pensamiento presentado aquí, que
la carne (lo que es terrenal), busca algo para el Yo (que es sensual)
que invita a lo demoníaco (lo que es diabólico).
La
brujería es una fuerza negativa y destructiva de la carne y voluntad
humanas. Cualquier grado de brujería es una abominación para Dios.
Es una falsificación del Espíritu Santo. El Espíritu Santo de
Dios, dador de vida, no permanecerá donde se practique la brujería.
De
la misma forma que practicamos la brujería en la vida diaria,
podemos estar seguros de que también es practicada en las iglesias.
El sistema de la iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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