Virgilio Zaballos
jesús
es nuestro ejemplo de vida equilibrada. Él vivió cada día con la
conciencia inequívoca de la cruz. Estuvo decidido a tomar la senda
de la cruz diariamente, es decir, morir a sus deseos, negarse a si
mismo y hacer la voluntad del Padre. De esta forma estableció las
bases para enfrentar, con éxito, la clave de su misión en la
tierra. Tomó la decisión de ir a Jerusalén; allí le esperaba la
cruz que liberaría a la humanidad del drama de los siglos: la
separación de Dios. "Cuando
se cumplió el tiempo en que el había de ser recibido arriba, afirmó
su rostro (con
determinación. B. Américas) para ir a Jerusalén(Lc.9:5
1).
Para
nosotros el camino es el mismo y la determinación de abrazar y tomar
la cruz “cada día” debe ser la misma. Ahora bien, hay una
diferencia entre llevar la cruz y estar crucificados que debemos
saber. Jesús dijo éstas palabras: "Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a si mismo, tome la cruz cada día, y
sígame. Usó la expresión “llevar la cruz cada día” antes
de que él mismo fuera crucificado; por tanto, la experiencia de
estar crucificados con Cristo (Gá.2:20) es una posición posterior a
llevar la cruz. ¿,Por qué decimos que no es lo mismo llevar la cruz
y ser crucificados?. Tomar la cruz precede a la crucifixión. La
crucifixión contiene la sangre de Jesús; llevar la cruz
mantiene aún limpio el madero, el sacrificio no se ha efectuado...
Veamos algunas diferencias más.
El milagro de una vida equilibrada - Virgilio Zaballos
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