2 de julio de 2018

UNA CONDICION ESPIRITUAL


Charles E. Newbold Jr

Jezabel en Tiatira puede haber sido una persona real entre los-llamados-fuera en ese lugar, y puede que hubiera estado involucrada en inmoralidad sexual. Puede haber estado atrayendo a otros hacia sus caminos. Esto no es impensable, puesto que el adulterio sigue teniendo lugar en las iglesias hoy, como siempre ha tenido lugar. De hecho, algo mucho más comprometedor, mucho más significativo espiritualmente, y por lo que el Señor mostró un gran desprecio, estaba sucediendo allí.

El “espíritu de Jezabel” en Tiatira representaba la condición de los corazones de los-llamados-fuera de aquel lugar. El Acab de Jezabel en el Antiguo Testamento define lo que es este espíritu de Jezabel por su vida y por su reputación. Ella controlaba, manipulaba y practicaba la brujería y la prostitución
.

La prostitución espiritual es la búsqueda de cualquier cosa para el Yo. Es la carne hambrienta de realzarse a sí misma. Todos tenemos corazones de ramera y somos fácilmente engañados. Cuando esta prostitución idolátrica es llevada dentro de nuestra vida de asamblea como el cuerpo de Cristo, entonces tenemos operando al espíritu de Jezabel. Nuestra idolatría y nuestra prostitución espiritual pueden no ser tan descaradas como las suyas, pero siguen siendo un terrible estorbo para tener una relación íntima con nuestro Señor.

Esta Jezabel en Tiatira y este “MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Apocalipsis 17:5), representa la misma condición espiritual—idolatría y prostitución espiritual (fornicación). Jezabel enseñaba y seducía a los siervos de Dios en Tiatira a cometer fornicación y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Esta ramera de Apocalipsis 17 es descrita como la gran ramera que se sentaba “sobre muchas aguas, y con quien los reyes de la tierra cometían fornicación, y con la que los moradores de la tierra se habían embriagado con el vino de su fornicación”. Ella misma estaba “ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús”.

El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

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