Charles E. Newbold Jr
Jezabel
en Tiatira puede haber sido una persona real entre los-llamados-fuera
en ese lugar, y puede que hubiera estado involucrada en inmoralidad
sexual. Puede haber estado atrayendo a otros hacia sus caminos. Esto
no es impensable, puesto que el adulterio sigue teniendo lugar en las
iglesias
hoy, como siempre ha tenido lugar. De hecho, algo mucho más
comprometedor, mucho más significativo espiritualmente, y por lo que
el Señor mostró un gran desprecio, estaba sucediendo allí.
El
“espíritu de Jezabel” en Tiatira representaba la condición de
los corazones de los-llamados-fuera de aquel lugar. El Acab de
Jezabel en el Antiguo Testamento define lo que es este espíritu de
Jezabel por su vida y por su reputación. Ella controlaba, manipulaba
y practicaba la brujería y la prostitución
.
.
La
prostitución espiritual es la búsqueda de cualquier cosa para el
Yo. Es la carne hambrienta de realzarse a sí misma. Todos tenemos
corazones de ramera y somos fácilmente engañados. Cuando esta
prostitución idolátrica es llevada dentro de nuestra vida de
asamblea como el cuerpo de Cristo, entonces tenemos operando al
espíritu de Jezabel. Nuestra idolatría y nuestra prostitución
espiritual pueden no ser tan descaradas como las suyas, pero siguen
siendo un terrible estorbo para tener una relación íntima con
nuestro Señor.
Esta
Jezabel en Tiatira y este “MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE
DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Apocalipsis
17:5), representa la misma condición espiritual—idolatría y
prostitución espiritual (fornicación). Jezabel enseñaba y seducía
a los siervos de Dios en Tiatira a cometer fornicación y a comer
cosas sacrificadas a los ídolos. Esta ramera de Apocalipsis 17 es
descrita como la gran ramera que se sentaba “sobre muchas aguas, y
con quien los reyes de la tierra cometían fornicación, y con la que
los moradores de la tierra se habían embriagado con el vino de su
fornicación”. Ella misma estaba “ebria de la sangre de los
santos y de la sangre de los mártires de Jesús”.
El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
No hay comentarios.:
Publicar un comentario