9 de julio de 2018

UNA DESPROPORCION ALARMANTE


Virgilio Zaballos

Jesús pone al descubierto los desequilibrios que nos azotan; no sólo en el conjunto de la sociedad, sino también en la vida del discípulo y de la iglesia. Y cuando lo hace, no es con el propósito de ser crítico nada más; él mismo enfoca y alumbra las respuestas necesarias. La desproporción alarmante a la que me estoy refiriendo en este capitulo es la siguiente:
"La mies (cosecha) es mucha,los obreros ( discípulos,) pocos”

Esta desigualdad ha sido y es el gran azote de los líderes de las iglesias. La necesidad es tan grande, el campo de misión es tan vasto; que en muchas ocasiones quedamos paralizados y perplejos ante esta desproporción. Cuando nos convencemos de lo imposible de lograr un acercamiento en este desequilibrio, hemos dado el paso final para la indiferencia absoluta en cuanto a la gran comisión. De esa forma perdemos la visión de Dios, la sensibilidad del Espíritu Santo y la compasión de Cristo hacia las multitudes. ¡Que gran pecado!. Pero, ¿qué podemos hacer'?. Somos muy pocos, no tenemos mucha fuerza, y recursos económicos menos aún. Para empezar, podemos leer y meditar las palabras vivas y llenas de unción santa del Maestro. Al hacerlo, tal vez el Espíritu Santo quiera avivar y vivificar el fuego de la verdad en nuestros corazones.
Veamos.

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:36-38).
No cabe duda que estas palabras son cortantes; abofetean nuestro rostro religioso y la falta de visión, compasión y consagración que existe hoy en muchas iglesias. ¡Que vergüenza para los hijos del Reino que no haya fondos suficientes para enviar obreros a todas las ciudades de España donde el Señor quiere ir! (Lc. 10:1). Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir”Pero no simplifiquemos todo a una falta de recursos económicos. Existen otros factores anteriores que son mas determinantes a la hora de realizar la gran comisión. Miremos algunas de las respuestas que Jesús muestra para hacer frente a este desafío.


El milagro de una vida equilibrada - Virgilio Zaballos

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