Virgilio Zaballos
Jesús,
el Maestro, muestra un interés especial en hacer entender a las
multitudes como deben oír. Una de sus expresiones favoritas era: “el
que tenga oídos para oír, oiga” . En el pasaje de Lucas 8:18
llama la atención de sus oyentes con estas palabras, "Mirad,
pues, como oís”.
La actitud que adoptamos al oír el mensaje de la palabra de Dios es
trascendental para nuestras vidas. Necesitamos “ser ungidos para
oír”. En muchas ocasiones no es fácil oír la crudeza de la
verdad. Muchos la resisten; otros vuelven atrás (Jn.6:65-66);
Algunos la contradicen y la mayoría nos defendemos con argumentos.
Jesús lo sabe. De ahí sus palabras "Mirad,
pues, como oís”; porque
a todo el que tiene (los
que llevan fruto por retener la palabra), se
le dará: y
a todo el que no tiene (porque
no ha retenido en su corazón), aun
lo que piensa tener (cree
que Dios le bendecirá a pesar de su desobediencia) se
le quitará (Lc.8:18)
(Mt.25:29).
El milagro de una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
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