Virgilio Zaballos
“Dijeron los
apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si
tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro:
Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. ¿Quién de vosotros,
teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le
dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame
la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto,
come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le
había mandado? Pienso que no. Así
también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid:
Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc.17:5-10)
La fe bíblica es fe del corazón y la hemos
recibido para que nos sirva. La fe no es un fin en sí misma. Es un medio de
gracia para alcanzar los beneficios y las promesas de Dios “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios” (Ef.2:8). Existen muchos
desequilibrios en lo que podemos llamar el campo de la fe. Es un terreno
propicio para confusiones, excesos y otros desórdenes. Uno de los desequilibrios
que existen actualmente y: que está operando a gran escala en las iglesias es,
lo que podíamos llamar, “tener fe en la fe”.
Parece como si la fe usurpara el lugar que
corresponde a Dios. En este sentido, hasta el deseo de tener una gran fe se
puede convertir en un ídolo. Nuestra fe es fe en Dios y su palabra. La fe es un medio para obtener un fin. La fe es como un siervo que tiene
el deber de servirnos en todas nuestras necesidades si la usamos correctamente.
Veamos mas de cerca el pasaje que tenemos como base de lo que estamos diciendo.
El milagro de una vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
La fe que es entregada por DIOS a sus siervos, se debe cultivar en cada momento de nuestras vidas. Sin fe no hay fe.
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