19 de febrero de 2013

LA LEY Y LA IGLESIA 2


Michael Clark

Pablo, escribiendo a los romanos dijo:

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley. (Rom. 3:27-31)

¿No ven santos? ¡A través de la fe en Jesucristo de Nazaret, usted cumple toda la ley! “…porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree (Rom. 10:4). Jesús puso fin a todas las demandas de justicia de la ley a través de su perfecto sacrificio. ¡Rompa ese encanto de guardar la ley que lo tiene a usted cautivo!

Nuevamente en el libro de Romanos Pablo dice:

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu (Rom. 8:3-4).

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. (Gál. 4:4-5)

Esta palabra redimiese es exagorazo. De acuerdo al diccionario Strong, el autor de la famosa concordancia analítica, exagorazo significa “redimir por pago de un precio, recobrar del poder de otro, rescatar, comprar todo, metafóricamente de Cristo liberando la forma electa de dominio de la Ley Mosaica y el precio de su muerte vicaria”.

La Ley y La Iglesia Michael Clark

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