Charles E. Newbold Jr.,
Jesús detestaba su deseo
de posición. Amaban las “salutaciones en las plazas y que los hombres los
llamen: Rabí, Rabí.”. Jesús continuó exhortándoles diciendo, “Pero vosotros no
queráis que os llamen Rabí; porque Uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros
sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es
vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque
uno es vuestro Maestro, el Cristo”. Mateo 23:7-10.
La actitud Nicolaíta del
día presente se ve en ese aire de engreimiento dentro de los que los quieren
ser llamados Papa, Su Eminencia, Cardenal, Obispo, Padre, Reverendo, Señor
Reverendo, Pastor y Ministro, con “M” mayúscula. La competición por el
reconocimiento es tan fiera hoy que muchas personas del clero quieren ser
llamadas doctores. Algunos han obtenido doctorados o titulaciones honoríficas,
pero otros han comprado títulos falsos. Se ponen estos títulos unos a otros
dentro del sistema. Hacen política respecto de posiciones de autoridad y anhelan
ser contratados por la congregación más grande dentro de su alcance.
Las personas inseguras
en el ministerio obtienen sus golpes estando en el ministerio. Ahí pueden ganar
poder, posición, reconocimiento, seguridad, ingresos financieros y un sentido
de significado. Los creyentes maduros encuentran que solo Jesús es su todo en
todos.
En el Reino de Dios no
existe ese posicionamiento “hacia arriba” o “hacia abajo”. Jesús dejó muy claro
que los verdaderos líderes son los siervos. Los verdaderos líderes no se
exaltan a sí mismos.
El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.,
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