Charles E. Newbold Jr
La gente legalista requiere más de nosotros que
Dios mismo. Vivimos cerca de unos Menonitas. Aunque sus casas están dispersadas
en la comunidad, son una comunidad en sí mismos. Llevan ropas diferentes, viven
ciertos códigos y adoran juntos en un edificio al que han dado nombre conforme
a ellos mismos. Yo respeto mucho a esta gente. La simplicidad y la modestia de
su estilo de vida es algo a desear. Sin embargo, tengo que preguntar, ¿Tengo
que ser un Menonita para ser cristiano?
Si no, ¿Entonces para qué podría yo querer convertirme en un Menonita? ¿No es
suficiente ser un creyente en Cristo Jesús bautizado? Pedro dijo a los
presentes el día de Pentecostés, “Arrepentíos
y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:38. Ningún otro
requisito se les demandó para tener lo que los doce tenían. Si yo no puedo ser
cristiano sin ser Menonita, ¿Entonces que tengo que hacer para ser un Menonita?
¿Tengo que llevar la indumentaria, cumplir el código y asistir a cada reunión?
¿Hasta que punto puedo ser considerado un Menonita hecho y derecho?
A partir de la observación, parecería que
tendría que hacer más para ser un Menonita, que para ser un católico-romano,
episcopal, luterano, metodista, presbiteriano, bautista, pentecostal,
carismático, miembro de la Iglesia de Cristo, o alguna otra iglesia independiente.
Sin embargo, en cada uno de estos grupos, tengo
que “hacer” algo aparte de creer en Jesús para ser uno de estos—como mínimo,
tendría que unirme a su iglesia. Se
esperaría que yo me uniera a algo a lo que Jesús jamás me demandó que me
uniera, algo que ni siquiera existía en los días del Nuevo Testamento—iglesia. Así pues, ¿Qué es esto a lo que
quieren que me una? ¿No es éste el grupo
de la circuncisión, disfrazado?
El sistema de laiglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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