Charles E. Newbold Jr
Las personas egoístas que gobiernan las
iglesias tienen planes personales. Estos planes personales egoístas entran en
conflicto con los planes de Dios. Con frecuencia, sus agendas están ocultas.
Personas distintas tienen agendas distintas. El obispo Pete construyó un nuevo
santuario por su necesidad de identidad. El padre David entró en el ministerio
para agradar a su padre. El reverendo Dan obtuvo un doctorado para recibir
reconocimiento y una mejor posición. El Dr. Anthony se comprometió a escribir
un nuevo libro cada año solo para mantener su popularidad.
Las personas que tienen agendas ocultas
necesitan partidarios que les apoyen para sacar adelante sus planes. Quizá
quieran membresías de iglesia crecientes,
edificios más nuevos y grandes, reputaciones infladas o mejores salarios.
Necesitan narices y monedas para lograr sus altos y deseados prestigios. Saben
que la “grandeza” impresiona a las personas. Se han enseñado eso unos a otros.
Así que cuánto más crezcan, más impresión piensan que causarán. Cuanto mas populares
se vuelven algunos ministros, más colmados de riquezas son por parte de muchos.
Sus agendas tienen que seguir manteniéndose
ocultas de sus partidarios, porque la verdad supondría pérdida de apoyo, y por
tanto, buscan ganar la lealtad y el apoyo provocando el temor, la condenación,
la culpa, el emocionalismo, e incluso a través de informes falsificados.
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