Virgilio Zaballos
No
es sencillo hablar de soluciones rápidas y fáciles. Recordemos que
somos propensos a los extremos y desequilibrios. Si enfatizamos un
extremo para desenmascararlo, tenemos la tendencia a irnos al lado
opuesto. Jesús es nuestro equilibrio. De él y de Su palabra
(enseñanza) nos vienen las soluciones.
CORTAR,
SEPARAR Y DIVIDIR
(Lc.13:6-9). “Dijo
también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su
viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló.
Y
dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto
en esta higuera, y no lo hallo; córtala;
¿para qué inutiliza también la tierra?
Él
entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año,
hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.
Y
si diere fruto, bien; y si no,
la cortarás después”.
Separar la verdad
de la mentira; la luz de las tinieblas. ¿Cómo? Con la espada del
Espíritu que es la palabra de Dios (Ef.6:17) (Heb.4:12-13).
Exponerse a su acción. Así podremos conocer la verdad y ser libres
(Jn.8:3l-32). Podremos ver nuestro rostro verdadero como en un espejo
(Stg.1:21-25). Analicemos el texto de Lucas 13:6-9. El Señor viene a
buscar fruto. Le dio tiempo suficiente para que se produjera, tres
años y uno mas... Cavar y abonar no es manipular. Son ayudas
exteriores para estimular una reacción interior.
Ejemplo:
Otros hermanos pueden ayudarnos, animarnos, motivarnos y
estimularnos; pero la reacción que se produzca debe surgir de
nuestro propio corazón. Pasado el tiempo sin que se origine el
resultado esperado, solo se puede hacer una cosa: Cortar. Dios es
paciente y espera, pero si pasamos los límites llegamos al punto
irreversible de ser desechados (Jer.6:27-30) (Heb.12:17)
(Apc.2:20-25).
El milagro de una vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
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