Virgilio Zaballos
1. Estableciendo el orden correcto de prioridades.
(Ver el capítulo titulado: “El orden de Dios en las prioridades fundamentales
de la vida). (Mt.6:33-34).
2. Por crear hábitos y costumbres sanas y
equilibradas. Veamos algunos ejemplos.
·
Zacarías recibió
el mensaje del ángel al realizar “la costumbre del sacerdocio” (Lc.1:9)
·
José y Maria
subían a la fiesta de la Pascua “conforme a la costumbre” (Lc.2:42)
·
Jesús el día de
reposo entró en la sinagoga “conforme a su costumbre” (Lc.4:16)
·
Hay malas
conversaciones que corrompen “las buenas costumbres” (1Co.15:33)
·
Daniel mantuvo
su constancia devocional de orar tres veces al día a pesar del cambio de leyes
(Dn.6:7-16)
3. Por conocer el plan de Dios para nuestras vidas
(Ef.2:10). Saber lo que quiero y debo hacer. Saber a donde voy y como
conseguirlo. Tener el sentido o proyecto de la vida.
4. Por ver los resultados. Tener visión y sueños
de Dios. Ver (en el interior) los resultados del esfuerzo constante en los
tiempos áridos y secos. Pasearse por las metas como si ya estuviéramos allí. No
se trata de salir de la realidad y entrar a la fantasía irreal; si no de
anticipar los resultados de la vida de fe en Dios. Este ejercicio espiritual
será de gran ayuda en los momentos cuando estamos tentados a abandonar y soltar
la confianza en Dios y Su palabra. Cuando nos parece que rendirnos a la presión
será nuestro alivio y descanso.
Las Escrituras nos dan muchos ejemplos para no
ceder. Medita: (Is.53:11 con Heb.12:2) (Hch.2:25-31 con Sal.16:8-11). Nota la
importancia de lo que está delante de nuestros ojos para mantener el rumbo y
alcanzar las metas que tenemos por delante sin caer en la inconstancia. Como
todas las cosas buenas, la constancia puede también derivar en desequilibrios y
ataduras. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando pasamos del Espíritu a la carne.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario