Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


29 de junio de 2011

LA CONVERSION DE LOS NIÑOS


Andrew Bonar

Hay un error práctico muy común entre los creyentes. Todos profesan creer que el Espíritu Santo puede convertir las almas a cualquier edad, y que nunca es muy temprano para que la conversión ocurra; pero aun así, no buscan la conversión de los niños con el mismo ánimo de fe que manifiestan al pedir y esperar que el Espíritu Santo transforme a aquellos de edad madura.

Los mismos creyentes de corazón fervoroso que se esfuerzan por las almas de personas adultas, y que no se satisfacen con otra cosa que no sea la salvación sin dilación, no sienten lo mismo ni se esfuerzan de la misma manera por los más jóvenes. Los tales se sienten complacidos con que los jovencitos presten atención a la verdad y con que no presenten oposición a mantener lo que aprenden en sus pensamientos.

Ellos no demandan la inmediata aceptación de Cristo en los niños, como lo hacen con las personas adultas. Regresarían a sus casas frustrados, tristes e insatisfechos, si noche tras noche las almas no fueran despertadas y salvadas, aunque prestaran atención e interés; sin embargo, en el caso de los niños, se dan el lujo de esperar. Pueden irse de la escuela dominical o del devocional familiar sin alarmarse o sin ansiedad, aunque no hayan síntomas de verdadero avivamiento o aunque esas jóvenes almas no hayan encontrado a su Salvador.

Una razón para la diferencia que se hace en el caso de los más jóvenes es, con muchos, el mal entendido de algunos textos de la Escritura; por lo menos, eso es lo que nosotros vehementemente nos inclinamos a creer.

1. Una persona cita Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” La persona que utiliza este texto probablemente lo aplica de esta forma: ‘sólo enséñele el plan de salvación al niño, y demuéstrele los caminos felices de la sabiduría, y aunque en la niñez no se convierta, sin embargo cuando sea mayor, no cabe duda de que escogerá el camino que tú le enseñaste.’ ¿Pero es esto cierto? ¿Es éste el verdadero sentido del texto? ¡Está lejos de la verdad! El Espíritu Santo quiere enseñarnos otra lección a través de esas palabras; esto es, ‘Asegúrese de establecer al niño en el camino, mientras todavía es niño, y sólo entonces no tendrá que preocuparse de su perseverancia.’ Esto es, inicie al niño en su camino (ver el hebreo), o al principio del camino.

Introduzca la verdad en su alma mientras es niño y descanse seguro de que él se mantendrá como ha comenzado. Es un texto de gran bendición para exhortarnos a buscar la presente e inmediata conversión de los niños.

2. Una tercera persona tiene mucho que decir, de una forma doctrinal, acerca del texto en Filipenses 1:6: “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará...”, aplicando este pasaje a los sentimientos, impresiones e intereses despertados entre los jóvenes en el curso de la enseñanza semanal. No hay conversión en tales cosas; pero luego se argumenta diciendo: ‘Hay un verdadero interés, hay una impresión hecha, de manera que la buena obra ya comenzó, y si ha comenzado, continuará. Nosotros contestamos: aquí hay un serio problema, porque  ‘el que haya comenzado la buena obra’ significa que se ha llevado a cabo una conversión; la conversión es la buena obra que inicia la vida cristiana. Lea el contexto, y vea esto más allá de cualquier duda o disputa.

El apóstol dice: ‘Aquél que te ha convertido, colocándote sobre Cristo, el fundamento, no te abandonará, sino que te edificará hasta la culminación en el día que regrese Cristo.’ Así que este texto es un argumento a favor de no contentarnos con una mera impresión, interés esperanzador o convicción. Tenemos que ver una obra de conversión. Tenemos que ver una obra de salvación, tenemos que ver la vida cristiana comenzar realmente. Y esto se aplica tanto al caso de lo adultos como de los jóvenes.

Aparte y además de todo esto, existe un sentimiento secreto en muchos cristianos, de que no es tan importante ser un instrumento para la conversión de los niños, como lo es el ser un instrumento para la conversión de los adultos. No tienen ninguna prueba escritural para este punto de vista, porque ‘convertir a un pecador’ significa cualquier pecador, sea joven o adulto; y ‘volver a muchos a la justicia’ incluye a jóvenes o viejos; y ‘el ganar almas’ no nos limita a ninguna edad. Pero sin embargo, tales personas sienten, sin expresar con palabras sus sentimientos, que es más evidente y palpable ganar un alma adulta e inteligente que ganar a su niño para Cristo.

Ahora, esta íntima persuasión (que se revela en la práctica), puede surgir del pensamiento de que estos adultos son de valor al presente para la sociedad, de manera que su conversión afectará de inmediato la misma; mientras que la conversión de los jóvenes al presente no se hace sentir más allá de la esfera familiar y de unos cuantos amigos. Pero, por otro lado, ellos olvidan que las almas jóvenes, traídas a Cristo en la infancia, ejercerán una influencia año tras año, a lo largo de una vida, en todas las diferentes etapas de su crecimiento; y a la larga, al alcanzar la madurez, podrán por la gracia de Dios afectar poderosamente para bien su círculo social—esto sin tomar en cuenta los males de los que escaparán y el daño que nunca llegarán a realizar.

No obstante, en la raíz de esta subestimación de la conversión temprana, hay un error más serio todavía. En realidad, mucha gente piadosa mira la conversión de los niños como algo de lo cual dudar. Difícilmente crean que la conversión de los niños sea tan profunda y genuina como la de los adultos.

22 de junio de 2011

EL TABERNACULO DE DAVID


Martin Stendal

16. “Después de esto volveré y restauraré el Tabernáculo de David, que estaba caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar;17. para que el resto de los hombres busque al SEÑOR, y todos los gentiles, sobre los cuales es llamado mi nombre, dice el SEÑOR, que hace todas estas cosas…”    (Hechos 15: 16 – 17)

¿Qué fue este Tabernáculo de David? ¿Por qué desistieron los judíos dogmáticos y fariseos, dando por resuelto el tema ante este argumento tan extraño? Cuando David fracasó al intentar traer el arca de Dios a casa (a Jerusalén) en el “carro nuevo,” causando así la muerte de Uza (el hombre fuerte) y la “rotura” de Dios con su pueblo, él aprendió la lección. La próxima vez trajeron el arca (la unción y la gloria) de Dios solamente según Su ordenanzasobre los hombros de los levitas, santificados para ese propósito.  (1 Crónicas 15: 11 )15).

Pero cuando llegaron a Jerusalén, en vez de restaurar el arca de Dios al tabernáculo (que todavía existía en Silo), según lo establecido en la ley de Moisés, ¡David tendió una simple carpa en el patio de su casa y puso el arca allí! En una tienda sencilla, sin sacerdocio intermediario, sin muebles, sin lugar santo, sin altar de bronce, sin sacrificios continuos de sangre pusieron el arca de la gloria de Dios. Y David entraba a esta tienda para tener comunión con Dios en todo momento ¡sin ritos religiosos de ninguna clase!

El levantamiento del Tabernáculo de David constituye una figura perfecta de la comunión íntima y personal que podemos tener todos los que hemos muerto a nosotros mismos  para ingresar al  hijo de David que es Mayor  y gozar de la plena y continua comunión con Dios Padre, sin necesidad de un clero intermedio, de ritos religiosos, de estructuras, de organizaciones o de denominaciones. La carpa, o tienda sencilla, habla de nosotros en unión con El, y el arca de Dios habla de nuestro acceso a la gloria, a la unción y a la presencia de Dios Padre.

15 de junio de 2011

EL ARMAGEDON



Buddy Cobb
El Apóstol Juan nos da una visión de esta / guerra en un lugar llamado Armagedón:
"Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual en justicia juzga y pelea. Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza mu­chas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno ha conocido sino él mismo; y estaba vestido de una ropa teñida en san­gre; y su nombre es llamado LA PALABRA DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vesti­dos de lino finísimo, blanco y limpio.
 Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella los gentiles; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del fu­ror, y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi un ángel que estaba dentro del sol, y clamó con gran voz dicien­do a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid y congregaos a la cena del gran Dios, para que comáis carne de re­yes, y de capitanes, y carne de fuertes, y carne de caballos, y de los que están sen­tados sobre ellos; y carne de todos libres y siervos, de pequeños y de grandes. Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejérci­tos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército.
 Y la bestia fue presa, y con él el falso Profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales ha­bía engañado a los que tomaron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro del lago de fuego ardiendo en azufre. Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el ca­ballo; y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos." Apocalipsis 19:11-21
"Y vi un ángel descender del cielo, que te­nía la llave del abismo, y una gran cadena en su mano. Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Sata­nás, y lo ató por mil años; y lo envió al abis­mo, y lo encerró, y selló sobre él, para que no engañe más a los gentiles, hasta que mil años sean cumplidos; y después de esto es necesario que sea desatado un poco de tiempo." Apocalipsis 20:1-3
La Transferencia de los Reinos de este Mundo
Es en este tiempo que los Reinos de este mundo son quitados de la mano de Satanás y sus ángeles, y dados al Señor y Su Cristo;
"Y el séptimo ángel tocó la trompeta. Y fue­ron hechas grandes voces en el cielo, que decían: los reinos de este mundo son redu­cidos a nuestro Señor y a su Cristo; y rei­nará para siempre jamás." Apocalipsis 11:15
Esto iniciará el reino del milenio de Cristo en este mundo actual:
"Y acontecerá en lo postrero de los tiem­pos, que será confirmado el Monte de la Casa del SEÑOR por cabeza de los mon­tes; y será ensalzado sobre los collados; y correrán a él todos los gentiles; y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al Monte del SEÑOR, a la Casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la pala­bra del SEÑOR. Y juzgará entre los genti­les, y reprenderá a muchos pueblos; y vol­verán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra." Isaías 2:2-4
Queremos anotar en la escritura anterior que de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.
Una vez que el cuerpo de Cristo sea perfeccionado por medio de la resurrección (siendo nacidos de Dios) Dios habrá producido el hombre perfecto; Cristo los pri­meros frutos y los herederos del reino. Este hom­bre perfecto es el Monte de Sion de la Casa de Dios y el esposo de la mujer. La mujer es la Ciudad Santa de la casa de Dios, Jerusalén, y es la doncella elegi­da (2 Juan 1). Como los hijos, ella es una compañía elegida escogida de todas las naciones para ser la Es­posa de Cristo. Su deseo ahora será hacia su esposo, como Dios habló desde el comienzo (Génesis 3:16). Por tanto, ella se someterá (ella misma se pondrá a Sus pies) y Él la cubrirá, es decir, gobernará sobre ella. Dios habló por medio del profeta Isaías concerniente a esto Y dijo:
"Porque como la tierra produce su renue­vo, y como el huerto hace brotar su simien­te, así el Señor DIOS hará brotar justicia y alabanza delante de todos los gentiles. Por causa de Sion no callaré, y por causa de Jerusalén no reposaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salud se encienda como un hacha. Y verán los gen­tiles tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca del SEÑOR nombrará. Y serás coro­na de gloria en la mano del SEÑOR; y dia­dema real en la mano del Dios tuyo.
 Nun­ca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Asolamiento: sino que serás llamada Hefziba, (Mi voluntad en ella) y tu tierra, Beula(Casada) porque el querer del Señor será en ti, y tu tierra será casada. Pues como el joven se casa con la virgen, se casarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo." Isaías 61:11, 62:1-5
La doncella elegida con los hijos (Cristo) unidos, ahora juntos constituyen la Casa del Señor:
"Y el Señor de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos convite de en­gordados, convite de vinos purificados, de gruesos tuétanos, de purificados líquidos. Y deshará en este monte la máscara de la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos; y el velo que está extendido sobre todos los gentiles. Destruirá a la muerte para siempre; y limpiará el Señor toda lá­grima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; por­que el SEÑOR lo ha determinado." Isaías 25:6-8
Una vez que Dios tiene Su Monte de Sion (el Cuerpo de Cristo) listo para la manifestación, Él entonces destrui­rá la cubierta echada sobre todo el pueblo y el velo que ha sido extendido sobre todas las naciones por la obra cegadora (engañadora) de Satanás. El resultado será que cada ojo lo verá a El:
"He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y to­dos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén." Apocalipsis 1:7
"Porque escrito está: Vivo yo, dice el Se­ñor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios ra­zón de sí." Romanos 14:11-12
El tribunal de Cristo
"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos delante del tribunal del Cristo, para que cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, bueno o malo." 2 Corintios 5:10
Leamos acerca de este juicio venidero (el cual no es el juicio eterno) en la Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos:
"Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios; el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: A los que perseveraron en bien hacer, gloria y honra e incorrupción, a los que buscan la vida eterna. Mas a los que son contenciosos, y que no obedecen a la verdad, antes son persuadidos a la injusticia: enojo e ira.
 Tri­bulación y angustia será sobre toda perso­na humana que obra lo malo, el judío pri­meramente y también el griego. Mas glo­ria y honra y paz a cualquiera que obra el bien, al judío primeramente y también al griego. Porque no hay acepción de perso­nas para con Dios." Romanos 2:5-11
"Y todos los que quedaren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año a adorar al Rey, al SEÑOR de los ejércitos, y a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Y acontecerá, que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén a adorar al Rey, el SEÑOR de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 
Y si la familia de Egipto no subiere, y no vinie­re, sobre ellos no habrá lluvia; antes ven­drá sobre ellos la plaga con que el SEÑOR herirá los gentiles que no subieren a cele­brar la Fiesta de los Tabernáculos (o sea que se rebelan contra el gobierno de Dios). Esta será la pena del pecado de Egipto (Is­rael natural), y del pecado de todos los gen­tiles que no subieren a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos." Zacarías 14:16-19
De esta manera, éste será Dios, en Su tiempo, mos­trando quien es el bendecido y el único Potentado, el Rey de reyes, y Señor de señores; este será un man­dato de vara de hierro (Apocalipsis 19:15): el sometimiento de todo bajo sus pies, entonces:
"Porque la tierra será llena del conocimien­to de la gloria del SEÑOR, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14
Por mil años no habrá alternativa de gobierno, ya que Satanás estará atado. Por tanto, cada ojo lo verá y cada oído lo oirá, entonces;
"Que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble. Y todo lenguaje confiese que el Se­ñor Jesús el Cristo está en la gloria de Dios, el Padre." Filipenses 2:10-11
Estos mil años del reino de Cristo es con el propósito de traer toda la creación afuera de las tinieblas y dentro de Su maravillosa luz; afuera de la esclavitud de co­rrupción y dentro de la libertad de Su Espíritu; de modo que todos verán la verdad, escucharán la verdad y ten­drán la oportunidad de comprar la verdad. Esto dará a toda la creación un conocimiento de antemano de lo que es la vida en la nueva creación; en los nuevos cielos y nueva tierra, "donde mora la justicia" (2 Pedro 3:13). 
No habrá oscuridad, solamente luz, solamente el justo gobierno de Dios, el cual no tendrá fin. Es durante este tiempo que la doncella elegida (la Santa Ciudad) bajo el sacerdocio de Melquisedec de los hijos es preparada para resurrección. Por tanto, es después del reino milenial que vemos la Nueva Jerusalén preparada como la Novia de Cristo:
"Y yo Juan vi la santa Ciudad, Jerusalén la nueva, que descendía del cielo, adereza­da de Dios, como la esposa ataviada para su marido." Apocalipsis 21:2
La Batalla Final
  Ya que el reino Milenial ha sido un imperio forzado de vara de hierro, con el propósito de recompensar eter­namente a todos de acuerdo a su propia escogencia, al final de los mil años Dios soltará a Satanás para za­randear a las naciones:
ÍY cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá para engañar a los gentiles que están so­bre los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la ba­talla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la Ciudad amada. Y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bes­tia y el falso Profeta; y serán atormenta­dos día y noche para siempre jamás." Apo­calipsis 20:7-10
De esta manera Dios utilizará a Satanás este tiempo final para zarandear a las naciones (como Él lo usó para zarandear a la iglesia) para separar las naciones ca­bras de las naciones ovejas; aquellos que aman la ini­quidad (autogobierno) de aquellos que aman la justicia (mandato de Dios). Dios también ha demostrado que:
"Alcanzará piedad el impío, y no aprende­rá justicia; en tierra de rectitud hará in­justicia, y no mirará a la majestad del SEÑOR." Isaías 26:10
Juicio Eterno
Esto nos traerá al final del mundo presente (edad) y el tiempo de juicio eterno. Dios ahora se ha tomado sie­te mil años para mostrar a toda la humanidad la dife­rencia entre lo santo y lo profano, entre vivir piadosa­mente en Su camino y vivir impíamente en su propio camino. Ahora, habiendo dado a cada hombre para que escoja entre los dos, Él está listo para pagar a cada uno eternamente de acuerdo a su escogencia:
"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos, grandes y pe­queños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abier­to, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dio los muertos que esta­ban en él; y la muerte y el Hades dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras. Y el Hades y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segun­da. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego." Apocalipsis 20:11-15
La Segunda Resurrección
El Profeta Daniel habló de este fin del mundo actual y del juicio eterno para venir:
"Mas en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta entonces; mas en aquel tiempo tu pueblo escapará, todos los que se hallaren escri­tos en el libro. Y muchos de los que duer­men en el polvo de la tierra serán desper­tados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua." Daniel 12:1-2
Jesús también habló concerniente a este tiempo del jui­cio eterno y dijo:
"No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los se­pulcros oirán su voz; y los que hicieron bie­nes, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron males, a resurrección de juicio." Juan 5:28-29
  En esta segunda resurrección, todos los que no se levantaron en la primera resurrección son levantados esta vez y todos serán juzgados en el gran trono blan­co del tribunal de Dios. Este vendrá al final del tiem­po que Dios ha asignado para el hombre para arrepen­tirse de sus propias obras malas y hacer paz con Dios. Este zarandeo final de la paja desde el trigo, del inicuo desde el piadoso, tendrá lugar y ahora cada uno es re­compensado eternamente de acuerdo a sus obras.
Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra
Ahora Dios ha terminado con los cielos y la tierra ac­tuales de manera que ellos pasarán para dar lugar a los nuevos cielos y la nueva tierra, el Reino perpetuo de Dios:
"Y vi un cielo nuevo, y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. Y yo Juan vi la santa Ciudad, Jerusalén la nueva, que des­cendía del cielo, aderezada de Dios, como la esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo será con ellos y será su Dios. 
Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no ha­brá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas son pasadas. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas." Apocalipsis 21:1-5
El Armagedón - Buddy - Cobb

8 de junio de 2011

EL AMOR AGAPE


Charles Elliott Newbold, Jr.

El Amor de Dios al Hombre

El creyente cristiano es alguien que tiene una relación divina con Dios.
Esta relación nace en el Espíritu de Dios y tiene su fundamento en el amor de Dios.

El amor de Dios fue sacrificado. Cristo Jesús mismo dio un significado final a la palabra griega ágape, que significa amor. Es un amor que da hasta que no tiene necesidad de dar más. Es un amor que va más allá del interés egoísta de uno mismo.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su Hijo unigénito para que todo aquel que crea en Él, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan. 3:16).
Dios amó tanto, que dio en extremo… se entregó a Sí mismo.

La voluntad final de Dios es impartir Su vida divina y Su naturaleza a Sus seres creados para que puedan ser como Él es: santos y justos.

Para evitar que el hombre se levante de la consideración de que vale algo o es digno de algo, Dios basó Su salvación del hombre en Su propio amor, misericordia y gracia. Cuando dependemos totalmente de Dios de ese modo, podemos finalmente llegar a la conclusión de que de ninguna manera somos dioses sabios.

Dios escogió salvarnos de nosotros mismos—nosotros, que nos inclinamos a la autodestrucción—amándonos de tal modo, dándose a Sí mismo tan completamente—y todo eso, aún siendo nosotros completamente inmerecedores de ello (Rom. 5:8).

Así, este es el fundamento del ágape: que alguien ceda su vida en gracia y misericordia, a alguien que no lo merece.

7 de junio de 2011

QUIEN ES TU COBERTURA?


FRANK VIOLA
“Así que, ¿quién es tu cobertura?”
  Esta es la pregunta concisa que hacen muchos Cristianos modernos en todas partes a los que se reúnen fuera de iglesia institucional. Pero ¿qué hay en el corazón de esta pregunta? y ¿cuál es su base Bíblica?.
Sostengo que la enseñanza moderna conocida como “cobertura protectora” ha generado una enorme confusión y una conducta Cristiana anómala. Esta enseñanza sostiene que los Cristianos están protegidos del error doctrinal y del fracaso moral cuando se someten a la autoridad de otro creyente u organización.
La dolorosa experiencia de muchos me ha llevado a concluir que la enseñanza de la “cobertura” es un asunto que perturba grandemente a Sión en nuestros días y demanda reflexión crítica.

¿Está la “Cobertura” Cubierta por la Biblia?
  Es sorprendente que la palabra “cobertura” aparece solamente una vez en todo el NT. Se usa en relación con la cabeza cubierta de la mujer (1 Cor. 11:15). Mientras que el Antiguo Testamento (AT) utiliza poco este término, siempre lo emplea para referirse a una pieza del vestido natural. Nunca lo utiliza de manera espiritual para referirse a la autoridad o la sumisión.
Por lo tanto, lo primero que podemos decir acerca de la “cobertura” es que hay escasa evidencia Bíblica con la que pueda construirse una doctrina. No obstante este hecho, incontables Cristianos repiten como loros la pregunta “¿quién-es-tu-cobertura?” e insisten en ella como si fuera la prueba de ácido que mide la autenticidad de una iglesia o un ministerio.

1 de junio de 2011

NO NOS PERTENECEMOS, SOMOS DEL SEÑOR


Juan Calvino  

La ley divina contiene un plan adecuado y ordenado para la regulación de nuestra vida; pero nuestro padre celestial ha querido dirigir a los hombres por medio de un principio clave excelente.

Es el deber de todo creyente presentar su cuerpo en sacrifico vivo, santo, aceptable a Dios. Como indica la escritura, en esto consiste la verdadera adoración. El principio de la santidad nos lleva a la siguiente exhortación: “no os adaptéis a las formas de este mundo, sino transformados por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cual es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, y los perfecto.”(Romanos12:2)

Es muy importante que estemos consagrados y dedicados al Señor, pues eso significa que pensamos, hablamos, meditamos o hacemos cualquier cosa teniendo como motivo principal la gloria de Dios. Recordemos que aquello que es sagrado no puede aplicarse a usos impuros sin cometer una seria justicia y agravio a Dios.

Si no somos nuestros y pertenecemos al Señor, debemos  huir de aquellas cosas que le desagradan y encausar nuestras obras y nuestros hechos a todo aquello que El aprueba. Basándonos en el hecho que no nos pertenecemos, tendríamos que aceptar que ni nuestra razón, ni nuestra voluntad deberían guiarnos en nuestros pensamientos y acciones.

Si no somos nuestros, no hemos de buscar satisfacer los apetitos de nuestra carne. Si no somos nuestros entonces olvidémonos de nosotros mismos y de nuestros intereses todo cuanto nos sea posible. Pertenecemos a Dios; por lo tanto, dejemos de lado nuestra convivencia y vivamos para El, permitiendo que su sabiduría guie y domine todas nuestras acciones. Si pertenecemos al Señor, dejemos que cada parte de nuestra existencia sea dirigida hacia El, esa debe ser nuestra meta suprema.

¡Cuánto ha avanzado aquel hombre que ha aprendido a no pertenecerse así mismo, ni a ser gobernado por su propia razón, sino que rinde y somete su mente a Dios! El veneno más efectivo que lleva a los hombres a la ruina es el hecho de jactarse en sí mismos, en el poder y sabiduría humana.

La única manera de zafarse de ese autoengaño es sencillamente seguir la guía del Señor.

El servicio del Señor no solo implica una autentica obediencia, sino también la voluntad de poner aparte los deseos pecaminosos y rendirse completamente al liderazgo del Espíritu Santo.  

La transformación de nuestras vidas por medio del Espíritu Santo es lo que Pablo llama la renovación de la mente.  Este es el verdadero principio de la vida.
El cual los filósofos de este mundo desconocen. Los filósofos paganos ponen la razón contra la única guía de la vida, de la sabiduría  y la conducta, pero la filosofía cristiana nos demanda que rindamos nuestra razón al Espíritu Santo, lo que significa que ya no vivimos más para nosotros mismos, sino que Cristo vive y reina en nuestro ser. ( Rom 12:1, Efesios 4:23, Gálatas 2:20 )

El Libro de Oro de la verdadera Vida Cristiana – Juan Calvino  

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry