Virgilio Zaballos
Jesús da por seguro que vendrán tropiezos a
nuestras vidas, pero a la vez pone una responsabilidad muy fuerte sobre quienes
los producen. ¡Cuidado con traer tropiezos!
“No destruyas la obra de Dios por causa de la comida.
Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga
tropezar a otros con lo que come.
Bueno es no
comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o
se debilite” (Ro.14:20-21). “Pero mirad
que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles...
Por lo cual, si
la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no
poner tropiezo a mi hermano”. “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni
a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a
todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean
salvos” (1Co.8:9,13; 10:32). “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo,
para que nuestro ministerio no sea vituperado” (2Co.6:3).
“Mas os ruego,
hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque
tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los
ingenuos” (Ro.16:17-18).
El milagro de una vida Equilibrada - Virgilio Zaballos