Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


28 de enero de 2011

DE PUNTILLAS POR AMOR


John T. Seamands

“Lo que el mundo necesita ahora es el amor, el dulce amor" es el verso clave de una canción popular que se ha oído en la radio y en la televisión recientemente. La can­ción dice la verdad. Lo que el mundo necesita es una dosis gigantesca de amor.

Una pregunta básica es: ¿qué clase de amor necesita el mundo?

Mucho se ha dicho acerca del amor estos días. Nove­la tras novela se ha escrito; canción tras canción se ha compuesto; película tras película se ha producido, todas con el tema del amor. Y sin embargo la gente sabe menos acerca del amor verdadero que nunca. El amor ha perdido su carácter y su contenido. Aun la palabra "amor" necesi­ta ser redimida.

Otra pregunta importante es: ¿en dónde hallaremos este amor?

Los hombres van por todas partes en busca del amor. Algunos lo buscan en las universidades, en los hogares, en las iglesias. Otros lo buscan en los cabarets, en las orgías, dentro y fuera del matrimonio. Sin embargo, del amor verdadero encontramos menos y menos que nunca. Hay amargura, odio, abuso, rencor y violencia en todos lados. El amor se ha vuelto concupiscencia.

La Biblia tiene mucho que decir acerca del amor. "Dios es amor"... "Cristo amó"... "El fruto del Espíritu es amor..." "Ama a Dios con todo tu corazón"... "Ama a tu prójimo como a ti mismo"... "Amad a vuestros ene­migos". El amor verdadero se asemeja a Cristo.

El amor es puro, no egoísta, y está listo a sacrificarse. El amor verdadero es dado por Dios. Es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo quien nos es dado.

Si queremos saber el verdadero significado del amor, si queremos encontrar el amor genuino, eterno, tenemos que volvernos a Dios. Dios es la fuente del amor. Cristo es la manifestación del amor. El Espíritu nos capacita para que amemos.

Jesús les dijo a los discípulos: "Por esto sabrán los hombres que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros." De los cristianos primitivos se dijo: "Mirad cómo se aman."

No basta decirle al mundo: "Dios es amor." La gente necesita ver ese amor. Los discípulos de Cristo tenemos que mostrárselo. Y la única manera de llegar a manifestar el amor es primeramente recibiéndolo de Dios, al permitir que el Espíritu more en nosotros. Vivir llenos del Espíritu es el secreto de la vida verdaderamente amorosa, porque el amor es fruto del Espíritu. Por lo tanto no buscamos el amor solamente, buscamos al Espíritu Santo que es la fuente del amor. Donde está el Espíritu, allí está el amor.


De Puntillas por Amor – John T. Seamands

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry