Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


11 de abril de 2011

DEBILIDAD


Charles E. Newbold Jr.

Cuando entiendas el poder de Mi presencia, jamás querrás seguir dependiendo de la fuerza de tu propia carne. Mi siervo Pablo comprendió esto. Él escribió a los creyentes de Corinto que había venido a ellos en debilidad, temor y mucho temblor. Se había propuesto no conocer nada entre ellos sino a Mí y a Mi crucifixión (1ª Cor. 2:13).

Su discurso y su predicación no eran con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino en demostración de Mi Espíritu y de Mi poder. No quería que la fe de ellos se basara en otra cosa que no fuera Mi poder (1ª Cor. 2:45).
No obstante, habló los grandes misterios que Yo había escondido antes de los tiempos. Habló de ellos para la gloria de ellos y la vuestra (1ª Cor. 2:7); es decir, para demostrar Mi presencia en medio de ellos.

Él fue a ellos en debilidad, pero Yo era Su fortaleza. En su momento de necesidad, Yo manifestaba Mi presencia por medio del poder de Mi Espíritu Santo para revelarles estos misterios a ellos.
Yo escojo lo débil de la carne para mostrar el poder y la fuerza de Mi Espíritu. Quiero demostrar Mi gloria. Quiero manifestar Mi presencia. Quiero mostrar Mis obras poderosas, no de los hombres, para ser conocido por los hombres.

Aunque Yo había revelado grandes misterios a Mi siervo Pablo a través de visiones y de revelaciones, e incluso atrapándolo hasta el tercer cielo, Yo tenía que mantenerle débil en la propia estima de sí mismo. Por tanto, Yo permití a un mensajero de Satanás que le abofeteara, para mantenerle en la realidad, para recordarle constantemente que no era él quién hacía estas obras de poder, sino Yo mismo—que todo esto no era sobre él, sino sobre Mí. Por tanto le dije que Mi gracia era suficiente para él. Mi poder había sido hecho perfecto en su debilidad (2ª Cor. 12:110).

Los hombres se vuelven arrogantes en lo que piensan que saben. Se vuelven engreídos por quienes piensan que son. Al ser así, demuestran su fracaso en la comprensión de quien soy Yo, y en la comprensión de lo que Yo hago en medio de ellos.
La carne no tiene poder y tiene que apoyarse en la manipulación y en el control para conseguir lo suyo. La manipulación y el control son la práctica de la brujería en el amplio sentido de la palabra. Por tanto, cuando los hombres comienzan a poner su confianza en su propia carne, invitan al espíritu gobernante de la brujería en medio de ellos. Y Yo me aparto.

Yo no moraré donde existan la manipulación, el control y la mano dura.
Los hombres que buscan el control sobre otros, son inseguros. No Me conocen. Por tanto, no pueden confiar en Mí. Piensan que tienen que confiar en sí mismos. Al confiar en sí mismos, se vuelven arrogantes en las obras de sus propias manos, que fueron dadas a luz en las imaginaciones de sus mentes. Dan a luz ídolos y los nombran conforme a Mí.
Tengo celo por Mi pueblo. Quiero ser la Presencia en medio de vosotros. No quiero que vuestros egos autohenchidos estén en medio de vosotros. No quiero que vuestros ídolos—esas extensiones de vosotros mismos—estén en medio de vosotros. Esas idolatrías vuestras son fornicaciones para Mí.

Mi presencia rara vez es deseada en esos mismos lugares en los que vosotros esperaríais hallarme. Por eso permanezco fuera, llamando a la puerta, rogando que abráis para que Yo pueda entrar donde estáis, para cenar con vosotros y vosotros conmigo, para que nuestra comunión pueda ser completa (Apoc. 3:20).

Yo soy un Dios celoso. Yo tengo celo por ser la Presencia en medio de vosotros.
Expulsad los iconos orgullosos de la adoración al yo, humillaos ante Mí, enamoraos de Mí, entregadlo todo—si, hasta esto mismo: negaos vuestro enfoque propio en el yo, Tomad vuestra cruz de la negación del yo, llevadla, y seguidme. (Mat. 16:24).
Andad conmigo, hablad conmigo, amadme, alabadme, adoradme, confiad en Mí.
Apartaos de en medio, echaos a un lado, y dejadme ser la Presencia en medio de vosotros.

Su Presencia en medio de ti – Charles E. Newbold Jr.

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry