Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


20 de abril de 2011

EN MEDIO DEL DESIERTO


R.M. McCheyne

¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un
manzano te desperté: allí tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolores la que te engendró.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: porque fuerte es
como la muerte el amor, duro como el sepulcro el celo; sus brasas, brasas de fuego, fuerte
llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el
hombre toda la hacienda de su casa por este amor, cierto lo menospreciarían. (Cantar de
los Cantares 8:5-7).

 En el Desierto.  

Para un hijo de Dios este mundo es un desierto. Primeramente, por todo lo que en él se halla.

No hay aquí, en la tierra, nada permanente; el dinero parece escapársenos, los amigos mueren. Todo, todo es como la hierba, y si algunas son más bonitas o tienen mayor atractivo que otras, sin embargo, son solamente como la flor de la hierba, algo más ornamentadas, pero destinadas a pasarse muy pronto.

Casi siempre el consuelo de este mundo es semejante a la calabaza de Jonás: crece sobre su cabeza ofreciéndole su sombra para librarle de sus aflicciones. Así Jonás tuvo mucho contentamiento con su calabaza. Pero Dios preparó un gusano y cuando el sol salió al día siguiente secó la calabaza.

Del mismo modo muchos consuelos y alegrías humanos crecen sobre nuestras cabezas dándonos su sombra y nos gozamos con nuestra calabaza; pero Dios prepara un gusano que la seca, y perecen tales consuelos. Aquí no tenemos ciudad permanente, buscamos la por venir. Este mundo nos es un desierto.

"Levantaos y andad, que no es ésta la holganza, porque está contaminada." Un cristiano experimentado mira todas las cosas de aquí como cosas perecederas, "porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas". En segundo lugar, porque todo aquí se halla manchado por el pecado. Aún la naturaleza misma (bosques, campos, etc.) está manchada por el pecado. Los cardos y las espinas. Nos hablan de una tierra maldecida. Sobre todo vemos esto cuando miramos a las innumerables multitudes de impíos.

 Saliendo del Desierto.

Los inconversos andan por el desierto y en él perecerán. En cambio, todo cristiano está saliendo de él. Los días de reposo, los domingos, son como los pilones indicadores que señalan el camino, o más bien son los pozos a que acostumbramos a acudir cada tarde.

Todo verdadero creyente progresa. Si la oveja está sobre la espalda del pastor, siempre se dirige hacia el redil. 'Con alguna oveja el pastor habrá de dar numerosos pasos.

Queridos cristianos, debéis estar avanzando siempre, acercándoos más a Canaán, y madurando más para la gloria.

Debéis alcanzar una más alta posición; debéis dar un paso más cada día y subir un peldaño más en el día del Señor. Durante un viaje nunca se os ha ocurrido construiros una casa en un desierto. Así, queridos amigos no debéis haceros un lugar de descanso aquí; estamos de viaje.
Por el contrario, todos vuestros bienes debéis llevarlos en el viaje.

Recostada sobre su amado.

Es notable observar que no hay aquí nadie más, en todo el desierto, sino sólo la esposa y su amado. La esposa no aparece apoyándose con un brazo solamente y yendo distraída, y por su cuenta con el resto de su cuerpo, sino recostándose sobre Él toda ella, Así sucede con el alma que ha sido enseñada por Dios; se siente sola con Cristo en este mundo.

Ella deja caer todo su peso, está recostada sobre su Esposo. Cuando una persona ha sido salvada de la ira, se deja caer sobre Cristo, reposa totalmente sobre su libertador.

Cuando una oveja perdida ha sido hallada, Él la pone sobre sus hombros. Debieras alegrarte de poder recostarte totalmente sobre Él, y así dejar caer todo tu peso sobre Cristo. Pon la carga  de todo lo temporal sobre Él. Descarga todo el cuidado de tu alma sobre Él.

Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros? "Los que esperan en el Señor recibirán nuevas fuerzas". El águila se remonta hacia lo alto tan directamente que los poetas la han imaginado como muy amadora del sol. Así hace el alma que aguarda a Cristo.

En Medio del Desierto - R.M. McCheyne

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry