Mensaje de Paz
Sal
37:16 Tet Mejor
es lo poco del justo, que las muchas riquezas de los pecadores.
Nos
muestra este versículo de la escritura que el justo tiene poco, mientras que
son los pecadores quienes tienen muchas riquezas.
Ahora,
si hay algún justo, no es por obras propias, no es por justicia propia, sino,
por la justicia de Dios, que es por la fe. Ya que está escrito, que algunos
pretendiendo establecer su propia justicia por las obras, desecharon la
justicia de Dios, que es Cristo Jesús.
El
Señor ha prometido a Su pueblo, a quienes pactan Su pacto, para aprender Sus
caminos, a quienes buscan primero Su Reino y Su justicia, que Él les suplirá,
añadirá todo lo necesario; y esto en realidad es poco, ya que es poco lo que
necesitamos. Mientras peregrinamos por la Tierra, ya que nuestra patria es
celestial y somos extranjeros aquí, no requerimos más que una estancia, una
cama, una silla y una mesa, y desde luego el pan diario.
Nuestro
Padre celestial sabe de qué cosas tenemos necesidad, y nos ha dicho que estemos
contentos con sustento y abrigo; que si deseamos más que esto, nos meteremos en
problemas, ya que estaremos sirviendo a las riquezas y haciendo tesoros
terrenales; lo que nos sacará del Camino, pues andaremos apuntando a la meta
incorrecta.
La
meta correcta es cuando buscamos lo que el Señor quiere, y la meta incorrecta,
es cuando buscamos lo que nosotros queremos, o que el Señor haga nuestra
voluntad y satisfaga nuestros antojos, caprichos y deseos carnales; es cuando
usamos Su Nombre para beneficio propio, es decir, cuando tomamos Su Nombre en
vano.
La
voluntad del Señor es hacer de Su pueblo buenos administradores del tiempo y de
los recursos que coloca en nuestras manos; ¿en qué estamos invirtiendo el
tiempo y los recursos? ¿En hacer lo que Él dice? ¿En hacer tesoros en la Tierra
o en el cielo? ¿En Su Reino o en el nuestro?
Recordemos
las palabras de nuestro Señor:
Luc
3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir
en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os
digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos a Abraham.
Luc
3:9 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; todo árbol
pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego.
Luc
3:10 Y ellos le preguntaban, diciendo: ¿Pues qué haremos?
Luc
3:11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no
tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
El
verdadero arrepentimiento consiste en dejar de hacer nuestra propia voluntad,
para hacer la voluntad del Padre, y tiene sus frutos, o se manifestará por
hechos y no solo de palabra. Los hechos son que si tenemos dos túnicas, demos
al que no tiene; y que si tenemos de comer, hagamos lo mismo.
Es
decir que si no estamos haciendo esto, no hemos tenido un verdadero
arrepentimiento y todavía vivimos para nosotros mismos y no para el Señor.
1Jn
3:17 Más el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener
necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo permanece la caridad de Dios en él?
1Jn
3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de
verdad.
1Jn
3:19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros
corazones certificados delante de él.
Mucho
se busca hoy los certificados dados por los hombres, para funcionar en el
mundo; ¿pero que tanto tenemos, o hemos buscado el certificado dado por nuestro
Señor, el verdadero certificado? ¿Somos de la verdad?
El
asunto es que si el Señor pone en nuestras manos bienes de este mundo, es para
compartir con los que padecen necesidad, para hacer tesoros en el cielo, y no
para amontonarlas y confiar en ellas. Recordemos que no se puede servir a dos
señores, pues finalmente se amará a uno y se aborrecerá al otro; no se puede
servir a Dios y a las riquezas.
Es
por esto, que es mejor lo poco del justo que las muchas riquezas de los
pecadores. Ya que si se tienen muchas riquezas, es por que andamos buscándolas
y sirviéndolas, es decir porque andamos pecando y apuntando al blanco torcido,
o sea, no tenemos la pureza de intención; no estamos buscando la gloria de
Dios, sino nuestra propia gloria; ya que quien obra de cuenta propia, busca su
propia gloria; y si estamos buscando riquezas, estamos obrando de cuenta
propia; y dice la escritura que nuestro Señor nunca hizo nada por sí mismo,
sino solamente lo que el Padre le dijo que hiciera.
Esta
es la estatura a la que el Padre nos quiere llevar, a la estatura de Su Hijo
Amado; a que ya no vivamos más nosotros, sino Cristo en nosotros; esta es la
perfección de los santos de que habla la escritura: Cristo formado en nosotros.
¿Qué
estamos haciendo con la riquezas de maldad, en qué las estamos invirtiendo? ¿En
agradarnos a nosotros mismos y en hacernos amigos del mundo, en fornicar con el
mundo? ¿Estamos disipando los bienes de nuestro Señor? Recordemos que tenemos
que dar cuenta de nuestra mayordomía.
Luc
16:1 Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía
un mayordomo, y éste fue acusado delante de él como disipador de sus bienes.
Luc
16:2 Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo
de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
Luc
16:3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? Que mi señor me
quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, tengo vergüenza.
Luc
16:4 Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la
mayordomía, me reciban en sus casas.
Luc
16:5 Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi señor?
Luc
16:6 Y él dijo: Cien batos de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y
siéntate presto, y escribe cincuenta.
Luc
16:7 Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de
trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.
Luc
16:8 Y alabó el señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente;
porque los hijos de este siglo son en su generación más prudentes que los hijos
de luz.
Luc
16:9 Y yo os digo: Haceos amigos con las riquezas de maldad, para que
cuando éstas falten, seáis recibidos en las moradas eternas.
Luc
16:10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que
en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
Luc
16:11 Pues si en las malas riquezas no fuisteis fieles. ¿Quién os confiará
lo verdadero?
Luc
16:12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es
vuestro?
Luc
16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno
y amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir
a Dios y a las riquezas.
Luc
16:14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, los cuales eran
avaros, y seburlaban de él.
Luc
16:15 Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos
delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los
hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
Luc
16:16 La ley y los profetas hasta Juan; desde entonces el Reino de Dios es
anunciado, y quienquiera se esfuerza a entrar en él.
Oremos:
Oh
Padre celestial, que tengamos por sublime, lo que tú tienes por sublime y
alcancemos tu misericordia para ser fieles, de tal manera que hagamos amigos
con las riquezas de maldad y seamos dignos de las moradas eternas, para que se
nos confíe lo verdadero. Concédenos tu GRACIA para ser fieles con lo ajeno, con
lo tuyo que pones en nuestras manos, para ser dignos de que se nos dé lo
nuestro.
Perdónanos
nuestros pecados y el vivir para buscar lo propio y no lo que es de Cristo;
límpianos más y más de nuestra maldad e inmundicia, conviértenos a ti de todo
nuestro corazón y torna la cautividad de tu pueblo conforme a tu promesa y
buena voluntad.
Tú
eres nuestro Dios que nos esfuerza y hace valientes; que así sea para entrar en
tu Reino.
Señor,
santifica tu Nombre y edifica tu iglesia para que sea para tu gloria y deleite.
Bendito
tu Nombre por los siglos. Amén.
Anónimo - Mensaje de Paz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario