Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


27 de julio de 2012

CONOCIDO EN EL INFIERNO

   
Leonard Ravenhill

Algunos predicadores dominan sus asuntos y algunos asuntos dominan al predicador. De vez en cuando encontramos algún predicador que es dueño de ambas cosas y domina también su asunto.

El apóstol Pablo era de esta categoría. Miremos a Pablo en Éfeso (Hechos 19): Siete hombres están tratando de usar una fórmula religiosa sobré una víctima del tipo de la de Gadara (1), pero el usar términos teológicos o versículos de la Biblia contra hombres poseídos por el demonio es tan ineficaz como lanzar bolas de nieve contra el peñón de Gibraltar con la esperanza de derribarlo. Un solo hombre controlado por el demonio fue un pugilista capaz de propinar una buena paliza a los siete tontos psicópatas.

Mientras los siete hijos de Sceva huían por las calles descamisados y avergonzados, el hombre poseído por el espíritu inmundo aumentaba su guardarropía con siete trajes. Por esto los siete fugitivos, heridos y temerosos, se vieron obligados a contar la historia. De este modo Dios tornó su locura en gloria para Cristo, pues el nombre del Señor fue grandemente temido y ensalzado.

Muchos espiritistas de aquella época fueron convertidos; judíos y griegos fueron salvos. Y en una hoguera pública destrozaron y quemaron libros de falsos cultos por valor de 50.000 piezas de plata.

Así se cumplió: «La ira del hombre te acarreará alabanza.» Escuchad el testimonio del demonio: «A Jesús conozco y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?» Esta es la más alta alabanza que la tierra o el infierno (1) Mateo 8:1-34. pueden conceder a una persona: ser considerado por el enemigo como identificado con Jesús. ¿Cómo consiguió esto el apóstol Pablo? ¿Por qué los demonios conocían a Pablo? ¿Es que le habían apaleado también a él, o él les había apaleado a ellos? ¡Ciertamente! Considerad por un momento la historia de Pablo. Dios y Pablo estaban en términos muy íntimos. Le habían sido concedidas grandes revelaciones, sus servidores eran ángeles y sus humildes manos eran en gran manera poderosas.

LA CIRCUNCISION DEL CORAZON


John Wesley

La circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra (Romanos 2:29).

1.    Triste es la aserción hecha por un hombre excelente, de que quien predica hoy día los deberes más esenciales del cristianismo corre el peligro de que la mayor parte de sus oyentes lo consideren como un predicador de nuevas doctri­nas. La mayoría de los hombres han gastado de tal manera al vivir la sustancia de la religión, si bien aún profesan re­tenerla, que tan luego se les proponen algunas de las verda­des que acentúan la diferencia entre el espíritu de Cristo y el espíritu del mundo, exclaman inmediatamente: Pones en nues­tros oídos unas nuevas cosas; queremos, pues, saber qué quie­re ser esto, si bien sólo se nos predique a Jesús y a la resu­rrección. La necesaria consecuencia es: Si Cristo ha resucita­do, vosotros también debéis morir para el mundo y vivir entera­mente para Dios.

2.    Palabra dura es esta para el hombre natural que só­lo vive en el mundo y está muerto para Dios; respecto de la cual no se le puede persuadir fácilmente a que reciba como la verdad de Dios, a no ser que modifique la interpretación de tal modo que no quede nada de su uso o significado. No per­cibe las palabras del Espíritu de Dios en su sentido simple y obvio; “le son locura;” y, a la verdad, no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. Sólo se pueden percibir por medio de ese sentido espiritual que aún no se ha despertado en él, y debido a cuya falta tiene que rechazar lo que es a la vez sabiduría y poder de Dios, como si fuera vana creación de la mente humana.

3.   “La circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra.” Es señal distintiva del verdadero discípulo de Cris­to, de uno que ya ha sido aceptado por Dios, —no la circun­cisión exterior, el bautismo, ni cualquiera otra forma externa, sino el estado recto del alma, una mente y un espíritu renovados conforme a la imagen de Aquel que los creó. Es una de aquellas verdades importantes que no se pueden exa­minar sino espiritualmente. Lo que el Apóstol mismo indica en las palabras que siguen inmediatamente: La alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios—como si hubiera dicho: “No esperes, tú que sigues al Maestro, quienquiera que seas, que el mundo, los hombres que no lo siguen, digan: Bien hecho, buen siervo y fiel. Sabe, pues, que la circuncisión de tu corazón, el sello de tu llamamiento, es locura para con el mundo. Confórmate con esperar hasta el día cuando el Señor ha de aparecer, para recibir su aprobación; en ese día recibi­rás la alabanza de Dios en la gran asamblea de los hombres y de los ángeles.”

Me propongo, en primer lugar, investigar minuciosamen­te en qué consiste esta circuncisión del corazón, y en segun­do, mencionar ciertas reflexiones que resultan naturalmente de dicha investigación.

26 de julio de 2012

BABILONIA, MERCADERIA Y LA IGLESIA DE HOY


Davis y Clark

A lo largo de todas las Escrituras, Babilonia es un símbolo de oposición al Reino de Dios y representa la opresión y la cautividad de Su pueblo. Babilonia representa todo aquello que no es el Reino de los Cielos. El trozo de oro y el rico manto Babilónico hallados en la tienda de Acán (lee Josué 7) para siempre son símbolos del orgullo y de la codicia que hallaron su hogar en el pueblo de Dios y que los debilitó delante del enemigo más débil. Isaías profetizó a Israel: pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: “¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!” (Isaías 14:4) Isaías profetizaría contra Israel más tarde por su tendencia a oprimir a su propio pueblo cuando dijo, “¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.

He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.” Aquí vemos una conexión directa entre la opresión de la Babilonia pagana y la opresión encontrada entre los líderes religiosos de Israel.

Aquí es obvio que la religión toma el camino de Caín para conseguir el poder sobre el pueblo y también, si fuera posible, ¡sobre Dios! Como dice el antiguo proverbio, la cola quería mover al perro. Por todas partes vemos hombres en la iglesia que anhelan tener el poder sobre los fieles. Van detrás de las riquezas de los creyentes gentiles en tal grado que las necesidades de las viudas, los huérfanos y los desamparados, apenas son apreciadas

Haran Mercaderia de Vosotros - Davis y Clark

21 de julio de 2012

EL DIA DEL SEÑOR


 George Warnock

Generalmente las enseñanzas sobre la venida del Señor están asociadas con doctrinas sobre la gran tribulación, controversias sobre si Él vendrá antes, durante o después de la tribulación. La tribulación parece ser el asunto principal. ¿Perdemos o no el enfoque de todo el asunto? Lo que está claro en las Escrituras es que la tribulación coincide con el Día del Señor. Es un tiempo de gran conflicto y oscuridad, si, pero es el amanecer del nuevo día de Dios—algo que el pueblo de Dios a menudo ignora. Pablo nos dice:

“La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.” (Romanos 13:12).

¿No queda claro a partir de esto que el Día del Señor ha de ser deseado más que la noche en la que ahora vivimos? ¿Quién querría perderse la luz del nuevo día de Dios? Especialmente cuando Él nos dice claramente que Él ha provisto para nosotros la “armadura de la luz”. Si, claro, habrá oscuridad en el mundo a nuestro alrededor en ese día. Pero no se llama “La noche del Señor”. ¡Es el DÍA de Dios! Sólo esto debería hacer que el pueblo de Dios se parase y considerara en su corazón, “Ahora bien… ¿Por qué razón querría yo perderme ese DÍA al que todos los profetas se referían, y que es mencionado frecuentemente en el Nuevo Testamento como la esperanza del pueblo de Dios?

“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” (1ª Tes. 5:2). Pero no debemos quedarnos ahí. “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (v.4-9). ¿No queda claro por este pasaje que no tenemos una cita con la ira de Dios, por causa de la armadura que nos ponemos, el escudo de la fe y del amor, y el yelmo de la salvación? ¿Por estar equipados completamente con la armadura de Dios y no porque él nos arrebate de la batalla?

Fíjate en la vestidura de la batalla del pueblo de Dios en el Día del SEÑOR. Es la “armadura de luz”, “el escudo de la fe y del amor; y por yelmo, la esperanza de la salvación.” ¡DIOS HA PROVISTO ARMADURA PARA SU PUEBLO—NO ALAS! Y si sabemos estas cosas, Dios nos ayude a ponernos “toda la armadura de Dios”. Dios quiere un pueblo preparado para la batalla, y la armadura que Él provee es totalmente suficiente para nosotros para “estar firmes en el día malo.” (Lee Efesios 6:10-18).

¿Quienes Sois? - George Warnock

COMO VA LA IGLESIA ASI VA EL MUNDO


Leonard Ravenhill

Se necesitan hombres incandescentes para esta medianoche espiritual. En el día de Pentecostés, la llama del Dios vivo vino a ser la llama de un grupo de corazones humanos. La Iglesia empezó con aquellos hombres y mujeres en el «aposento alto» entregados a la oración ardiente, y hoy día está terminando con hombres y mujeres en el salón de fiestas de encima de la iglesia organizando despertamientos artificiales. La Iglesia empezó con un despertamiento y está terminando con un ritual.

Empezamos de un modo viril, estamos terminando en la esterilidad. Los primeros miembros de la Iglesia eran hombres ardientes y no grandes graduados. Hoy día hay muchos grados de ciencia y pocos de calor. ¡ Ah, hermanos!; ¡hombres con corazones de llama son la necesidad del presente!

Los hombres de Dios necesitan ser columnas de fuego: hombres guiados por Dios para guiar un pueblo mal dirigido. Pablos apasionados para levantar a tímidos Timoteos. Hombres de llama para brillar y encender a hombres de renombre, ganándolos para Cristo. Necesitamos hombres de oración para dirigir noches de oración. Necesitamos verdaderos profetas para advertir a las gentes de sus malos negocios, pues: «¿De qué aprovechará el hombre que ganare todo el mundo y perdiere su alma?» (Marcos 8:36). En este tiempo del fin la actitud infantil de muchas conferencias de predicadores es una tragedia. El grito debería ser: «Tocad trompeta en Sion, santificad un ayuno, llamad a una solemne convocatoria para que los predicadores, los ministros del Señor, lloren» (Joel 2:15-17).

Comparado con un corazón que ha conocido el fuego del Señor y ha permitido que este fuego se apague, los picos helados de los Alpes son cálidos. El metal solamente se funde cuando el fuego arde; quitad el fuego y el metal será sólido. Así es con el corazón humano: sin el calor del cielo es un iceberg. Si el Espíritu Santo está ausente del estudio del predicador, viene éste a convertirse en un laboratorio de doctrinas disecadas y dogmas sin vida. La enseñanza necesita unción, la verdad debe ser cortante, y el consuelo hiriente.

20 de julio de 2012

LOS MEDIOS DE GRACIA


John Wesley

Os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis (Ma­laquías 3: 7).

I.     1. Empero, ¿existen aún algunas ordenanzas, habien­do el Evangelio sacado la vida y la inmortalidad a la luz? ¿Exis­ten bajo la dispensación cristiana medios instituidos por Dios como los conductos usuales de su gracia? En la Iglesia Apos­tólica no se habría podido hacer semejante pregunta, a no ser que se declarase uno abiertamente pagano, puesto que todos los cristianos estaban de acuerdo en que Cristo había instituido ciertos medios exteriores para comunicar su gra­cia a las almas de los hombres. Su práctica constante esta­bleció esto en una manera indisputable, mientras que “to­dos los que creían estaban juntos, y tenían todas las cosas co­munes” (Hechos 2:44), “y perseveraban en la doctrina de los apóstoles...y en el partimiento del pan y en las oraciones” (v.42).

2.    Empero, en el curso del tiempo, y habiéndose enti­biado el amor de muchos, algunos empezaron a confundir los medios con el fin, y a hacer que la religión consistiera en la ejecución de esas cosas exteriores, más bien que en la regene­ración del corazón según la imagen de Dios. Se olvidaron de que “el fin” de todo “mandamiento es la caridad nacida del corazón limpio” con “fe no fingida;” el amar al Señor su Dios de todo su corazón, y a su prójimo como a sí mismo, y pu­rificarse del orgullo, la ira, los malos deseos por la fe de la operación de Dios. Otros se figuraban que, si bien la reli­gión no consiste principalmente en estos medios exteriores, sin embargo, había algo en ellos que debía agradar a Dios; algo que los debía hacer aceptables a su presencia, aunque no hubiesen cumplido exactamente con los deberes más im­portantes de la ley, la justicia, la misericordia y el amor de Dios.

3.   Es evidente que estos medios no han producido en aquellos que abusan de ellos el fin para el que fueron institui­dos, sino que al contrario, los medios que deberían haber servido para su salud, les han sido tropiezos. Tan lejos estaban de recibir una bendición por medio de ellos, que más bien atrajeron una maldición sobre sus cabezas. Lejos de crecer más puros de corazón y de vida, se hicieron doblemente más que an­tes hijos del infierno. Otros, al ver claramente que estos medios no traían la gracia de Dios a esos hijos del diablo, empeza­ron a deducir de estos casos particulares una conclusión gene­ral, a saber que no son medios de comunicar la gracia de Dios.

4.     Y sin embargo, el numero de los que abusaron de las instituciones de Dios fue mayor que el de aquellos que las despreciaron; hasta que aparecieron ciertos hombres de gran inteligencia—y en algunos casos también de mucho saber— quienes parecían ser amables y parecían haber experimenta­do personalmente la verdadera religión del corazón, algunos de los cuales eran luces que ardían y resplandecían, personas de renombre en su generación, que habían vivido bien en la Iglesia de Cristo, dando buen ejemplo cuando la iniquidad parecía desbordarse.

15 de julio de 2012

LA VICTORIA FINAL DE SANSÓN


George Warnock

La historia de Sansón toma un significado hermoso para aquellos de nosotros que vivimos en los últimos días. Ahora mismo casi nos avergüenza admitir que somos parte de la “Iglesia”, cuando nos vemos a nosotros mismos como Sansón: atados por los sistemas del mundo de los Filisteos, moliendo el trigo para los enemigos de Dios, y tan ciegos en nuestro corazón, que pensamos que tenemos victoria y triunfo en medio de todo ello. Pero un día—y pensamos que está comenzando a suceder—los cabellos de la cabeza de Sansón crecerán de nuevo, y su fortaleza será renovada. Estamos comenzando a reconocer que Dios quiere que seamos un pueblo distinto y separado en la tierra, “en el mundo, pero no de él”. Estamos comenzando a darnos cuenta de que nuestro llamamiento es celestial, que nuestra batalla está en los lugares celestiales.

Un día, cuando el corazón de Sansón comenzaba a volverse hacia Dios-en su debilidad, en su ceguera y en su esclavitud—llega al lugar donde está preparado para poner su vida si es que de ese modo él puede ser vengado de los Filisteos y traer liberación al pueblo de Dios. “Dejadme morir con los Filisteos”, clamó él, al inclinarse sobre los pilares en la Casa de Dagón, y destruir las hordas de los Filisteos en un golpe masivo. El resultado es que mató a un número mayor con su muerte que el total de los hombres que mató a lo largo de toda su vida—con todo lo espectaculares y dramáticas que hubieran sido sus actividades en sus años previos.

Amados, vamos a ver el verdadero significado de todo esto cuando la Iglesia de Jesucristo comience a darse cuenta de la grandeza de su esclavitud.

Cuando descubra que ha sido cegada en su entendimiento, y que ni siquiera sabía que era una herramienta dispuesta del sistema del mundo.

Cuando se de cuenta de que ha estado moliendo maíz para los Filisteos, pensando en medio de todo ello que estaba trabajando para Dios.

Cuando su voto nazareo de separación para el Señor sea renovado y su cabello de gloria sea restaurado.

Cuando se dé cuenta repentinamente de haber sido un hazmerreír del mundo, y no su amigo…

Cuando se de cuenta de que ha sido guiada por un muchacho de los Filisteos, y no por la mano de Dios.

Y cuando esté finalmente preparada para poner su vida, y de ser así, poder conocer el poder del Cristo resucitado obrando en ella.

“Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.” (2ª Cor. 4:11).

Amados, Dios está preparando un ejército  que salga en el Día del SEÑOR para poner final al reinado del Mal y librar al pueblo de Dios de su opresor. No están siendo reclutados por tener capacidades políticas o militares o por saber como involucrarse en programas humanos; sino porque como el Sansón de antaño, han descubierto la locura y la futilidad de todo esto, y están ahora preparados para aprender el arte de la guerra, cuyas únicas armas son ESPIRITUALES Y CELESTIALES, “y poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2ª Cor. 2:4).

Y vamos a descubrir, al avanzar en este mensaje, que si no estamos vestidos con nuestra armadura espiritual, e involucrados en la batalla en el Espíritu de Dios en los lugares celestiales, no conoceremos otra cosa que la derrota aquí, en los ámbitos terrenales.

¿Quienes sois? - George Warnock

12 de julio de 2012

LA CAIDA DE LA IGLESIA EN AMERICA Y OCCIDENTE


Davis y Clark

El creciente enfoque en la mercadería de la cristiandad de hoy está enraizado en la sabiduría corrupta del príncipe de Tiro, que desea una vez más llevar cautivo al pueblo de Dios. Todo está llegando a su plena manifestación. ¿Te has preguntado alguna vez por qué la iglesia es tan impotente con el pecado, la enfermedad y las artimañas del enemigo? ¿Por qué su media de divorcio es mayor que la media del mundo? ¿Por qué terminan los pastores en prisión por toda clase de delitos? ¿Por qué sufren del “síndrome del pastor quemado” por todas partes? pregunté una vez a un misionero de India por qué la iglesia en ese país testifica de tantas señales y prodigios como los que leemos en el libro de los Hechos, mientras que nosotros vemos tan poco del poder de Dios en las iglesias americanas.

Su respuesta fue corta y al grano. “No se puede servir a Dios y a Mamón al mismo tiempo. Nosotros somos una nación pobre y vosotros disfrutáis del nivel de vida más alto del mundo entero. En nuestra parte del mundo nosotros buscamos lo espiritual primero. Vosotros primero que nada buscáis un estándar de vida mínimo.” Recordando estas palabras, considera las de Jesús a sus discípulos cuando los envió: “Sanad a los enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios, de gracia recibisteis, dad de gracia”. (Mateo 10:8).

 Jesús no les enseñó a vender el evangelio ni a levantar ofrendas. Un hermano bromeaba el otro día sobre como se leen estas palabras de Jesús en las iglesias hoy: “De gracia recibisteis, ahora escribid libros, haced casetes, ¡Vendedlos por lo que podáis obtener a cambio de ellos!” No puede ser ambas cosas. Si buscas a Mamón, Mamón será tu recompensa. Serás débil delante de tus enemigos e impotente frente a sus argucias. Un dominico contemporáneo de Francisco de Asís, visitó Roma. El papa le obsequió con una excursión, mostrándole los extensos tesoros del Vaticano. Después, dijo el papa, “Bueno, Pedro ya no puede decir más, ‘no tengo ni oro ni plata”, a lo que el dominico respondió, Tampoco puede decir, ¡Levántate y anda!”. Buscad primero el Reino del Padre y Su justicia y Él se asegurará de que las cosas espirituales sean vuestras.

 Haran Mercaderia de Vosotros - Davis y Clark

LA ORACIÓN ES TAN VASTA COMO DIOS


Leonard Ravenhill

Los hombres llamados por Dios en tiempos antiguos tenían una sensible convicción de la enormidad e impopularidad de su tarea. Argumentando sobre su inaptitud, estos hombres, abrumados por su nación, trataron de escapar a la tarea liberadora de sus propias almas cargadas que Dios les ofrecía. Moisés, por ejemplo, trató de evadir el encargo de gobernar y guiar a Israel argumentando sobre su lengua tartamuda; pero Dios evitó su evasión supliendo un locutor en la persona de Aarón. Jeremías también arguyó que era un niño. En el caso de Jeremías (como en el caso de Moisés) la objeción humana no prevaleció. Los hombres escogidos por Dios no eran enviados a los centros de humana sabiduría para tener sus personalidades pulidas y su conocimiento agudizado, sino que Dios cogió a estos hombres y les unió a sí mismo.

Si, según OliverWendell Holmes, la mente de un hombre obsesionado por una nueva idea no puede retroceder jamás a sus dimensiones originales, entonces ¿qué diremos del que ha oído el susurro de la voz eterna? «Las palabras que Yo os hablo son Espíritu y son Vida», dijo Jesús (Juan 6:33). Nuestra predicación está más plagada hoy día de los pensamientos prestados por cerebros muertos que del Señor. Los libros son buenos cuando son nuestros guías, pero malos cuando son nuestras cadenas.

Del mismo modo que por medio de la energía atómica nuestros científicos han alcanzado nuevas dimensiones de poder, así la Iglesia ha de redescubrir el poder ilimitado del Espíritu Santo. Para romper la iniquidad de este siglo sumergido en el pecado y sacudir  la complacencia de los santos dormidos, algo muy real se necesita. La predicación vital y la vida victoriosa deben venir de sustanciosas velas en la cámara de oración. Alguien dijo: «Debemos orar si queremos vivir una vida santa.» Sí; pero debemos vivir una vida santa si queremos orar. Acordaos de David, que dice: «¿Quién subirá al monte del Señor? El limpio de manos y puro de corazón» (Salmo 24:3 y 4).

El secreto de la oración es orar en secreto. Los libros sobre la oración son buenos, pero no son suficientes. Ocurre con los libros como con las hermosas cocinas: son muy buenas, pero de nada sirven si no se condimenta en ellas. Así puede uno leer una biblioteca entera de libros sobre la oración, pero no obtener ni una brizna más de poder en la oración. Debemos aprender a orar, y debemos orar para aprender a orar.

4 de julio de 2012

EL GRAN TRIBUNAL


John Wesley

Todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo (Roma­nos 14: 10)

1.  ¡Cuántas circunstancias concurren a aumentar lo te­rrible de la presente reunión! El concurso general de gente de todas las edades, sexos, rangos y condiciones se reúne de su motu propio o en contra de su voluntad. No sólo de los luga­res circunvecinos, sino de otros distantes; criminales que pron­to han de ser juzgados y para quienes no hay modo de esca­par; empleados listos en sus diversos puestos a ejecutar las órdenes que se les den, y el representante de nuestro buen soberano, a quien tan altamente honramos y veneramos. Igual­mente el objeto de la reunión de esta asamblea le da mucha solemnidad, pues es: escuchar y decidir sobre toda clase de causas, algunas de las cuales son de la mayor importancia, puesto que de ellas depende la vida o la muerte, esa muerte que descubre toda una eternidad. Indudablemente que con el fin de hacer estas cosas mucho más solemnes no sólo para la mente del vulgo, sino para todos, nuestros padres, en su sabidu­ría, instituyeron los varios pormenores de este tribunal, los que por medio de la vista y del oído afectan el corazón más profundamente y, considerados bajo este punto de vista, las trompetas, los bastones, los trajes no son cosas triviales o in­significantes, sino a propósito para servir en su clase y gra­do a los mejores fines de la sociedad.

2.   Pero por muy terrible que sea esta solemnidad, otra mucho más horrenda se acerca, puesto que dentro de un po­quito todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo. “Por­que escrito está,” dice el Señor, “que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios,” y en ese día “cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí.”

3.   Si todos los hombres tuviesen una convicción pro­funda de esta verdad, ¡cómo redundaría en beneficio de la so­ciedad! Porque, ¿qué aliciente más fértil puede concebirse pa­ra la práctica de la verdadera moralidad, para el constante ejercicio de la virtud y el caminar siempre con justicia, mi­sericordia y verdad? ¿Qué cosa mejor que una convicción tan profunda como la de que el Juez está a la puerta, y que muy pronto estaremos ante El, podría esforzar nuestras ma­nos en todo lo bueno y evitarnos todo lo malo?

4.   No está fuera de lugar, por consiguiente, ni es hetero­géneo a los propósitos de esta asamblea, considerar:

I.    Las circunstancias principales que tendrán lugar an­tes de presentarnos ante el tribunal de Jesucristo.

II.   El juicio.

III.    Algunas de las consecuencias que le seguirán.

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry