George Davis y Michael Clark
Para algunos será difícil recibir lo que estamos a punto de compartir. Lo único que te pedimos es que nos escuches completamente antes de sacar conclusiones precipitadas.
Pablo se incluyó a sí mismo cuando escribió, “conocemos en parte” (1ª Cor. 13:9), queriendo decir que todo lo que él mismo sabía y escribía era verdad parcial.
Con todo lo espiritual que pueda aparentar, nuestro conocimiento es imperfecto o incompleto y está sujeto a crecimiento o al desecho completo, dependiendo de la exactitud y precisión con respecto a toda la verdad de Dios. Pablo prosiguió diciendo, “mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará”. (1ª Cor. 13:10).
Las cosas completas dejan obsoletas a las cosas parciales. Ahora conocemos en parte, pero estamos en el camino que se hace cada vez más brillante, hasta el día completo de la verdad, en el que conoceremos como somos conocidos.
Cuando Jesús estaba preparando a Sus discípulos para Su partida, habló de una nueva relación con Dios por medio del Espíritu. Les habló de los cambios que sucederían en sus propias vidas para guiarlos hacia esa condición Espiritual en la que serían adoradores de Dios en Espíritu y en verdad. “Sin embargo, el Espíritu Santo abogado que Mi Padre enviará en Mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas y os dotará con todo lo que Yo os he hablado” (Juan 14:26: Nuevo Testamento de los Discípulos, traducido de los Antiguos Textos Arameos).
El Espíritu Santo ha venido para guiar a los creyentes al pleno descubrimiento de todo lo que Jesús enseñó. Él quiere dotarnos con toda la verdad que ahora reside EN el Cristo resucitado.
Tenemos la tendencia a pensar que Jesús enseñó a Sus discípulos toda la verdad mientras estaba en la tierra. Ciertamente, todo lo que Él enseñó era verdad. “Las palabras que Yo os he hablado son Espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63). ¡Lo que Él les enseñó fue cierto, pero NO fue toda la verdad! Había muchas cosas que Él deseaba enseñar a Sus discípulos pero que ellos no podían recibir en ese momento.
“Otra vez, tengo mucho que deciros, pero no podéis recibirlo todo ahora. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os proveerá con toda la Verdad, NO que Él hable de lo suyo, sino que [solo] habla lo que Él escucha, revelando a vosotros los eventos por venir.” (Juan 16:13, Nuevo Testamento de los Discípulos ).
El Espíritu Santo nos recuerda (huponimne‐sko‐ trae al recuerdo) y declara (anaggello— anunciar eventos aún por venir en detalle). Nos recuerda de cosas habladas y escritas en el pasado y anuncia cosas que vienen y que aún no han sucedido, para guiar a todos lo que sigan hacia esa realidad viviente. Seguir a Jesús es una aventura, no una actuación de memoria.
La mayoría de los hijos de Dios abrazan con gran disposición el registro escrito de lo que Jesús y los apóstoles dijeron e hicieron. Esto es maravilloso cuando el Espíritu Santo nos recuerda estas cosas. ¡Puede ser muy excitante! Pero aquí tenemos que tener cuidado de no obsesionarnos, creyendo que porque lo hemos leído y porque el Espíritu nos lo ha recordado, ya estamos viviendo en todo lo bueno de ello.
En Su Reino, Dios siempre anuncia lo siguiente por venir.
(Amós 3:7)
Si escucháramos el registro escrito de lo que Jesús y los santos han dicho en el pasado, con toda certeza pasaremos por alto el anuncio presente que hace el Espíritu sobre lo que Él va a hacer ahora y lo que hará en el futuro.
Trágicamente, con demasiada frecuencia rehusamos entrar en la verdad que anuncia el Espíritu, y así, ignoramos inconscientemente el presente mover de Dios. Con todo lo glorioso que pueda ser el texto escrito, no contiene toda la verdad. Solo el Espíritu Santo puede llevarnos al conocimiento experimental completo de la Verdad en Su tiempo.
Pablo escribió: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. ” (1ª Cor. 11:12). El Espíritu obra en cada uno de nosotros todas las cosas como Él quiere.
Esta es la verdadera vida espiritual. Esto es difícil para algunos, pero Jesús dijo de Sí mismo, “Todavía tengo muchas cosas que contaros pero no podéis sobrellevarlas ahora. Cuando venga el Espíritu de Verdad, ÉL OS GUIARÁ A TODA LA VERDAD”.
William Law escribió:
“Pero de la misma manera que la enseñanza de Cristo en la carne fue solo una preparación de su enseñanza vital futura por el Espíritu, así también la enseñanza de las Escrituras con palabras escritas con tinta sobre papel, es solo una preparación o una introducción para toda esa enseñanza interna esencial de Dios, que es por su Espíritu y Su verdad dentro de nosotros. Cualquier otra opinión de las Santas Escrituras que no sea un maestro externo y una guía a la enseñanza interior de Dios y la iluminación en nuestras almas, es nada menos que hacer un dios‐ídolo de ello. (Un llamado al Clero).
Jesús no podía guiar a Sus discípulos a toda la verdad, pero el Consolador que Él enviaría en Su lugar si. No solo les recordaría las cosas que Jesús les había hablado en el pasado, sino que también les mostraría las cosas que sucederían después. Él mismo anunciaría en detalle (annagello) qué hacer próximamente, dónde ir, qué decir, cuando decirlo y a quién decirlo. Él los guiaría completamente a la verdad.
Todavía no habían tomado aquello para lo que Cristo los había tomado a ellos. Había una anchura, largura, altura y profundidad de la verdad aún por ser revelada, que solo podría buscar el Espíritu de Dios.
Es solo por medio de una poderosa operación interior del Espíritu que podemos conocer (gnosko—conocimiento experimental—“Uso idiomático judío para la relación sexual entre un hombre y una mujer ” Strong) el amor de Cristo que excede (huperballo trascender, superar, exceder) a todo conocimiento (gnosis—inteligencia general, sabiduría moral o ético, el conocimiento de lo recto y lo erróneo, del bien y del mal).
Solo entonces podemos ser llenos de TODA la plenitud de Dios. Toda la gloria es para “aquel que por el poder que obra en nosotros” hace mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. ¡Que Dios nos restaure la humildad para admitir que todavía no hemos llegado! Creemos que esta mentalidad es vital para el verdadero liderazgo en la ekklesia de Cristo.
Pablo explica:
“Si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:11‐14)
Aunque el Señor le había estado enseñando durante catorce años en el desierto de Arabia, Pablo se dio cuenta de que no conocía toda la verdad. Había mayores profundidades y alturas en Dios por alcanzar. Por tanto, Pablo asumió la postura de un hombre en búsqueda de un gran premio. Olvidando las cosas que quedaban atrás (teniendo por basura las cosas de su pasado religioso), y avanzando hacia las cosas que había por delante, avanzaba hacia ese premio. Pablo se dio cuenta de que toda la sabiduría, el conocimiento y la verdad están es Cristo, y que ceder al Espíritu de Cristo, era el único camino para la realización de esas cosas.
Hoy día, la mayoría de los cristianos escuchan alegremente lo que Jesús, Pablo y los otros apóstoles dijeron y escribieron en el pasado, y sin embargo, rehúsan dejar que el Espíritu los guíe en el presente. Miran al menú fotográfico en lugar de comerse la comida.
¿Nos conformaremos con la Verdad o con toda la Verdad? - George Davis y Michael Clark
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