Virgilio Zaballos
La
primera noticia del evangelio, el primer mensaje que contiene, es el
arrepentimiento para regresar al equilibrio. Hemos nacido desequilibrados por
el pecado y necesitamos arrepentirnos para volver a la estabilidad en todo
nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo. Antes de la manifestación del Mesías,
Juan el Bautista vino predicando el bautismo de arrepentimiento (Lc.3:2-6). Es
un mensaje dirigido al corazón para que mas tarde afecte al alma y el cuerpo,
con las obras dignas de arrepentimiento...
”Para
hacer volver (arrepentimiento) los corazones...” (Lc.1:17) “Haced, pues, frutos
dignos de arrepentimiento” (Lc.3:8). El arrepentimiento nos hace volver, en
primer lugar, de la rebeldía a la prudencia (equilibrio) de un corazón justo.
El primer acto pecaminoso que se cometió fue de rebelión. Lucifer se rebeló
contra Dios (Ez.28: 1 l-19). El primer pecado realizado por el hombre fue
rebelarse contra la palabra de Dios (Gn.2: 16-17 y 3:6). Por lo tanto, el
arrepentimiento va dirigido hacia el corazón rebelde del que todos nosotros
hemos participado. Necesitamos arrepentimos del pecado de rebelión contra Dios
y su palabra. Este es un mensaje muy impopular para la sociedad humanista y
permisiva actual. Juan el Bautista fue encarcelado y decapitado por predicar
este mensaje. Jesús el Mesias lo recuperó e inicio su ministerio con las mismas
palabras. “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido. y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentios, y creed en el evangelio (Mr. 1:14-15).
Al
terminar su ministerio en la tierra, Jesús traspasó el mensaje a sus
discípulos. “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las
Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese y resucitase de los muertos al tercer día: y que se predicase en su
nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén” (Lc.24:45-47). Los discípulos fueron obedientes y
el primer mensaje que predicaron, para que su generación entrara en el
equilibrio divino, fue el arrepentimiento. "Pedro Les dijo: arrepentios, y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de
pecados: y recibiréis el don del Espiritu Santo (Hch.2:38). "Así que,
arrepentios y convertios para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio” (Hch.3:19).
El Milagro de una vida Equilibrada - Virgilio Zaballos
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