Davis y Clark
Judas
advirtió que este espíritu sucio ya estaba abriéndose camino en la primera
iglesia, un presagio de cosas peores aún por venir. “Porque algunos hombres han
entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta
condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro
Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. ¡Ay de
ellos! Porque han seguido el camino de Caín y se lanzaron por lucro en el error
de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.” (Judas 1: 4,11)
¿Quiénes
fueron estos hombres que se introdujeron furtivamente, estos hombres que
corrompen, que convierten en libertinaje [lascivia incontrolada] la gracia de
Dios, que Judas compara con “los ángeles que no guardaron su dignidad sino que
abandonaron su propia morada”? (1:6).
¿Quiénes
fueron estos hombres que estaban haciendo a la primera Iglesia lo que Caín
había hecho al mundo antediluviano, hombres cuyas corruptas influencias eran
manchas en sus ágapes? Judas vierte aún más luz cuando seguimos leyendo.
“Estos
son manchas (arrecifes inestables, escondidos) en vuestros ágapes, que comiendo
impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas
de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces
muertos y desarraigados” (Judas 1:12)
Los líderes eclesiásticos han usado este
pasaje durante siglos para subyugar al pueblo de Dios identificando a
cualquiera que no se someta a su mandato como rebeldes. Pero en realidad, este
pasaje habla de ellos. Trata de pastores
codiciosos, profetas y líderes que cambian la gracia de Dios en lascivia
y que al hacerlo, niegan a nuestro Señor Jesucristo. Recuerda que Balaam era un
profeta de Dios que se vendía al mejor postor, y Coré fue un líder de Israel.
Como Judas, estos son también hijos de perdición, que traicionan a Jesús y a Su
pueblo por precio.
Han
levantado su mercado en el templo hecho de piedras vivas y animan a otros a
hacer lo mismo. ¿Con que frecuencia has visto a aun comerciante usar su
afiliación de iglesia para hacer contactos de negocio? Hemos perdido la cuenta.
Al mirar a la cristiandad hoy día, ¿Qué es lo
que vemos? Algo está siendo revelado. ¿Vemos a los que comparten la actitud de
Cristo hacia mamón o vemos el anhelo de ganancia del hijo de perdición? ¿Ves al
hijo de perdición siendo revelado en el templo de Dios? ¿Oyes el sonido de los
cambistas? Cuidado, no sea que hagan mercadería de vosotros y que el que venda,
diga, “Bendito sea Dios, ¡Soy rico!”. Lo peor de todo es el vituperio que estos
acumuladores de dinero traen al evangelio. Porque por causa de estos
charlatanes el camino de la verdad es blasfemado.
Harán Mercadería de Vosotros - Davis y Clark
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