Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


17 de mayo de 2012

AUMENTARÁ EL CRECIMIENTO DE LOS FRUTOS DE VUESTRA JUSTICIA


Anónimo
En la segunda carta a los Corintios el apóstol Pablo nos hace saber la gracia de Dios que fue dada a las iglesias de Macedonia. 2 Corintios 8:1
¿En qué consistía esta gracia? Primero, que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo permaneció. La escritura nos dice que tengamos por sumo gozo cuando nos encontramos en diversas tribulaciones, ya que la tribulación produce paciencia; y la paciencia consuma o completa la obra para que seamos perfectos. Santiago 1: 2-4

Vemos pues que el tener gozo en la tribulación nos es dado por la gracia de Dios.

Segundo: Y su profunda pobreza abundó en riquezas de su bondad. Porque conforme a sus fuerzas, y aun sobre sus fuerzas han sido liberales; rogándonos con muchas súplicas que recibiéramos la gracia y la comunicación del ministerio que se hace para los santos.2 Corintios 8: 2-4

Notemos como a pesar de su profunda pobreza (no era una pobreza cualquiera, era profunda) abundaron en ofrendar para las necesidades de otros santos. Esta ofrenda no es para enriquecer a un pastor moderno de la ciudad de la religión, ya que estos falsos apóstoles, son obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz. Así que, no es mucho si sus ministros se transfiguran como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. 2 Corintios 11: 13-15.

Incluso rogaron con muchas súplicas que se les recibiera su ofrenda.
Pregunto hermanos: ¿será que nosotros rogamos para comunicar este ministerio a los santos, o por el contrario nos tienen que rogar?

Roguemos pues por la gracia de Dios para ser librados de nuestra mezquindad y que podamos dar con alegría y hacer tesoros eternos.
El apóstol continúa enseñándonos y exhortándonos por el Espíritu: Por que no digo esto para que haya para otros desahogo, y para vosotros apretura; sino para que en este tiempo, por la equidad, vuestra abundancia supla la falta de otros, para que también la abundancia de ellos otra vez supla vuestra falta, y haya IGUALDAD; como está escrito: EL QUE RECOGIÓ MUCHO, NO TUVO MÁS; Y EL QUE POCO, NO TUVO MENOS. 2 Corintios 8: 13-15

El Señor no nos ha mandado ha amontonar ni a hacer tesoros en la tierra, desafortunadamente mucho del pueblo que dice ser de él, Vive para eso.
La voluntad de nuestro Señor no es que confiemos en y sirvamos a las riquezas, sino en él; su deseo es llevarnos a una total dependencia no del dinero sino de su providencia. Él ha prometido que si buscamos primero Su Reino, que él sea el Señor y gobierne nuestro ser, él añadirá las cosas de las que tenemos necesidad. El asunto es que como hacen los gentiles, todavía procuramos primero la añadidura y no Su Reino.

La voluntad pues del Señor es que el que recogió más, no tenga más que el que recogió poco, sino que haya igualdad; que si alguno recogió más, supla la necesidad del que recogió poco. Su voluntad no es que vivamos para nosotros mismos sino para él, y como vemos esa voluntad es comunicar este ministerio a los santos.
También nos dice Pablo que el que siembra escasamente, también segará escasamente, y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. 2 Corintios 9: 6

Nos enseña la escritura que no demos con tristeza o por necesidad; porque Dios ama al dador alegre. ¿Cuál es la motivación con la que damos? ¿Para que Dios nos devuelva el cien por ciento, como enseñan en los edificios evangélicos de hoy? Eso es sembrar una semilla podrida e inmunda de amor al dinero, que nos dice la escritura, es la raíz de todos los males.
La promesa es que si damos con alegría y esto debido a su gracia, que poderoso es Dios para hacer que abunde en nosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundemos para toda buena obra. 2 Corintios 9: 8

¿A fin de qué, cuál es el propósito de Dios para ello? De que abundemos en toda buena obra, de que abundemos en el ministerio para los santos, para los que están en necesidad. No es para supuestos pastores que ya son ricos y repletos de avaricia y amor al dinero. El Señor nos ha dicho que huyamos del querer enriquecernos. Ver 1 Timoteo 6: 6-12
Esta gracia no es para que vivamos como reyes en este mundo cuando otros pasan necesidades y angustias. Daremos cuantas de las cosas que el Señor ha puesto en nuestras manos para administrar para Su gloria.

No hemos sido llamados para servir al dinero, sino para ser santos, para ser uno con el Señor, y no se puede servir a Dios y a las riquezas.
Escuchemos el resto de la promesa: Y el que da simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, Y AUMENTARÁ EL CRECIMIENTO DE LOS FRUTOS DE VUESTRA JUSTICIA; para que enriquecidos en todo abundéis en toda bondad, la cual obra por vosotros acción de gracias a Dios. 2 Corintios 9 : 10

Fijémonos bien, esta gracia es para abundar en toda bondad, no para vivir en deleites; entonces el Señor promete aumentar el crecimiento de nuestra justicia. Sabiendo que nuestra justicia es él por la gracia mediante la fe.
Para terminar este pasaje, la escritura nos dice que esta ministración a los santos, no solo suple sus necesidades, sino que obra que abunden en gracias a Dios por la obediencia al evangelio y le glorifiquen.

Es decir, es un asunto de obediencia para la gloria de Dios.
Señor ayúdanos para que vivamos mirando no las cosas que se ven, sino las que no se ven, que tengamos puestos los ojos en el galardón, como mirando al invisible, y de esta manera vivamos para lo eterno, sabiendo que somos peregrinos en la tierra, y no para lo terrenal y temporal. Concédenos esa gracia que diste a las iglesias de Macedonia para que abundemos en toda buena obra para que tu Nombre sea glorificado. Límpianos de toda incredulidad, temor y mezquindad y haznos dadores alegres que viven para ti y no para nosotros mismos. Bendito sea tu Nombre por los siglos.

  Mensajes de Paz -Anónimo

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry