Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


5 de julio de 2018

UNO NACIDO FUERA DE TIEMPO


Michael Clark, George Davis 

Vemos en Pablo un ejemplo del nacimiento de un apóstol genuino. Pablo habló de este nacimiento en 1 Corintios 15:
Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. (1 Cor. 15:8-10 NBLH).

Note aquí que Pablo atribuyó a la transformadora gracia de Dios quien era él y lo que hizo. Evidentemente él era la obra de Dios, nacido y parido en crisis. Pablo habló de este llamamiento en Gálatas capítulo uno. “Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos) (Gál. 1:1). La elección de Pablo no fue de los hombres. ¿Qué significa esto? La palabra griega para de aquí es apo [575], la cual debe ser traducida más correctamente desde. El llamado de Pablo no vino desde el hombre.


Ni tampoco se originó con el hombre o fue sostenido por o a través de hombres. No fue el resultado de años de trabajar para ascender a través de una jerarquía religiosa, acumulando títulos y finalmente recibir el reconocimiento debido. El llamado y ministerio de Pablo fue celestial en su concepción, nacimiento, establecimiento, y realización. Desde el principio al fin, Pablo fue lo que fue por la gracia de Dios.
Pablo no era un hombre autotransformado. Para él se acabaron aquellos días y dejó atrás su pasado cuando era uno de los más aventajados religiosos de Jerusalén, para rendirse a Jesucristo y a éste crucificado. Aun el evangelio que él predicaba no estaba formulado o pre aprobado por el hombre. No fue desarrollado en el cónclave de una iglesia. De hecho, no fue bien recibido por muchos hombres religiosos debido a lo cual tuvo constantes conflictos con aquellos que no supieron el verdadero significado del precioso evangelio que predicada.

Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según (kata – venido de, a través, de acuerdo a) hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de (para – con, de, por, cerca) hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. (Gál. 1:11-12)

El evangelio que Pablo predicaba no vino de (kata) una agencia religiosa aprobada. No lo recibió a través de una asociación con los hombres. El no estaba cerca del hombre cuando lo recibió. Pablo salió al paso para negar toda involucración humana concerniente a su llamado y ministerio. Si su llamado y ministerio no fueron puramente divinos sino obtenidos por persuasión y ambición eclesiástica, entonces su ministerio no pudo haber sido puramente del cielo. Pablo no buscaba la aprobación de los hombres.

De hecho, el vio el buscar la aprobación del hombre como un factor descalificativo, estableciendo claramente que si él buscaba la aprobación de los hombres, ya no sería siervo de Cristo (Ver Gál. 1:10). El recibió su Evangelio de primera mano por la revelación de Jesucristo. ¿Cómo entonces Dios hizo nacer y equipó a este “uno nacido fuera de tiempo”? ¿Cómo Dios transformó un Fariseo de nombre Saulo, en Pablo?

Apostoles Verdaderos o Falsos - Michael Clark, George Davis 

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry