Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


18 de febrero de 2013

ESPIRITUALIZAREMOS O CARNALIZAREMOS LA PALABRA


George Warnock

Tened por seguro que si Dios, por Su Espíritu Santo, no sopla Su propio aliento y vida en la Palabra, entonces la estaremos carnalizando. La estaremos convirtiendo en la “letra que mata” en lugar del “Espíritu que da vida” (2ª Cor. 3:6).

Ahora bien, tenemos muy buenas traducciones que nos son útiles para romper las barreras que existen entre las escrituras originales y nuestras lenguas modernas. Y estamos agradecidos por esos traductores, antiguos y actuales, que están honestamente tratando de expresar el pensamiento de la Escritura conforme a la intención original de los escritores.

Pero nunca olvidemos que queda una barrera de lengua insuperable entre el Creador y la criatura; y que sólo el Espíritu Santo puede hacer un puente en ese vasto golfo. Saulo de Tarso conocía el Hebreo y el Griego a la perfección, pero con todo eso, nunca había descubierto la verdad viviente. Dios le reveló la verdad “por revelación de Jesucristo” (Gál. 1:12). Y por supuesto, descubrió en la lectura de las escrituras, que lo que Dios le había revelado estaba de acuerdo con lo que estaba escrito.

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.” (Isaías 55:8). ¿Cómo de grande es la barrera entre nuestros pensamientos y los de Dios? “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (v.9).

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1ª Cor. 2:14).

Estamos totalmente desvalidos, hermanos, para llegar a un conocimiento de la verdad y de las Escrituras a menos que Dios no las revele por Su Espíritu.

Él habla desde el ámbito del Espíritu al ámbito de lo terrenal y lo carnal.

Él habla desde el ámbito de la eternidad al ámbito de lo finito.

No hay lingüista en la tierra hoy día, ni lo ha habido en el pasado, que pueda tender un puente sobre ese golfo.

¡Pero Señor, queremos conocerte a Ti! ¡Queremos escuchar de Ti! ¡Queremos verte! ¡Ilumínanos por Tu Espíritu para que podamos ver! Deseamos “verdad en lo íntimo” (Salmos 51:6). Queremos el pan de vida. Queremos el “maná” que ha sido espiritualizado con la atmósfera del Cielo. Queremos “agua” pura que ha sido espiritualizada con la vara de aflicción y que fluya del Cristo viviente. Queremos Tu palabra, “por siempre establecida en los Cielos”—pero debemos tenerla fresca y nueva cada mañana.

Desde los días de nuestra juventud, e incluso cuando nuestra cabeza esté llena de canas y nuestra fortaleza debilitada—debemos escuchar y ver cosas nuevas, cosas frescas del trono del Dios. Debo escuchar una palabra que esté constantemente “espiritualizada” con el aliento del Cielo. Estamos persuadidos respecto de las grandes verdades fundacionales de la Escritura; pero en todo lo que sabemos, simplemente reconocemos que solo “conocemos en parte” (1ª Cor. 13:12).

Esta conciencia no nos da un sentido de incertidumbre, sino que nos deja con un sentido de una mayor insuficiencia. Lo que Tú das, lo que Tú revelas, es suficiente para hoy. Pero mañana, necesito una fresca provisión. Encontraré esa provisión en el mismo pozo, en el mismo río, en el mismo maná, en el mismo Lugar Santo. Pero si realmente he aprendido del Señor, y he caminado en obediencia, en fe, en esperanza, en caridad—la porción de mañana será de un orden más alto para guiarme hacia alturas más altas de apreciación espiritual, a arroyos más anchos de amor y misericordia, y a profundidades más bajas de humildad y mansedumbre. Amen.

Debemos aprender a poner la confianza y la seguridad en Dios y en Su Espíritu Santo, que nos lleva a “toda la verdad”. Él es un Guía  que puede ser confiado. Si caemos en engaño, es por causa de la perversidad de nuestro propio corazón. Nadie que camine con Jesús y que permanezca cerca de Él puede ser seducido por el Enemigo. Porque en el Señor Jesús hay Luz, y no hay tinieblas en Él.

No negamos que haya aún un Reino por venir. Pero la esencia de ese mismo Reino está aquí en la tierra ahora. Y si no nos encontramos nosotros mismos reinando en vida ahora, qué vano y sin sentido pensar que vamos reinar con Él más tarde. Por que sea lo que sea que se involucre en aspectos futuros del Reino de Dios, en realidad no es nada más que la manifestación del Reino que está ahora plantado en los corazones de los hombres por Su Espíritu. Hay “cizaña” mezclada con el “trigo”—eso es cierto. Y por esta razón muchos de entre el pueblo de Dios rehúsan creer que el verdadero Reino de Dios esté en la tierra hoy día. Jesús dijo que sería así hasta “el final”—hasta el día de la cosecha.

La cizaña aparecerá dondequiera que haya trigo creciendo, porque el Enemigo quiere echar a perder el huerto de Dios. El Anticristo aparecerá donde quiera que haya pueblo ungido, porque él es “anti” Cristo—se opone al Ungido. Él no tiene ningún interés en venir a un templo edificado con las manos del hombre. Él quiere hacerse cargo del Templo de Dios, que es donde la gloria de Dios debe gobernar y reinar. Él quiere expulsar a Cristo fuera de Su Templo. El significado de “anticristo” no es solo alguien que se “opone a Cristo”—también puede significar alguien que está “en lugar de Cristo”. Cualquier cosa que él pueda hacer para reemplazar a Cristo en tu vida o en la asamblea de tu iglesia, lo hará. Si puede tener éxito en reemplazar la unción con cualquier otra cosa, no importa qué, habrá ganado una gran victoria. ¡Y qué gran éxito ha tenido haciendo esto especialmente en estas últimas décadas!

Sabemos que el “Anticristo” llegará a su plena manifestación en el último tiempo. Pero Juan nos dice que a habido muchos anticristos trabajando incluso en su día (1ª Juan 2:18). Él ha sido el constante enemigo del pueblo de Dios. Y Dios siempre ha producido un pueblo conquistador, muchos de entre ellos habiendo vencido por la sangre y el martirio. Pero hoy parece que la iglesia haya olvidado que ella está involucrada en una batalla con un mundo que odia a Dios, y el Anticristo ha tomado fuertes posiciones en medio nuestro. Hemos hecho muy bien un pacto con el mundo para cooperar con él lo mejor que sepamos—ayudando a luchar sus guerras y a involucrarnos mucho en todos sus programas y sus sistemas políticos—en lugar de convertirse en un pueblo separado para el Señor. Pensamos que hemos de ser “reyes” de este sistema del mundo, en lugar de sus enemigos. Y parece que sepamos muy bien como co-existir. La razón es que hemos tomado los reinos de este mundo como nuestra posesión bajo las condiciones de Satanás, y así, el obtiene la honra y la gloria de nuestro sometimiento. Él intentó atrapar a Jesús de este modo y fracasó. Y ha seguido usando las mismas tácticas con los seguidores de Jesús—con mucho éxito en muchas ocasiones.

 Coronado con Aceite - George Warnock

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry