Charles E. Newbold Jr.,
Jesús detestaba la
rebelión y terquedad de los fariseos. “Más ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas! Porque cerráis el Reino de los Cielos delante de los hombres, pues
ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.” Mat. 23:13.
Muchos de los fariseos
tuvieron que haber sabido por su conocimiento concienzudo de las Escrituras que
Jesús era el Mesías. Existían demasiadas coincidencias entre las profecías del
Antiguo Testamento y los eventos de la vida de Jesús, para que fueran
ignorados. ¡Lo sabían! Pero no querían creer (Lee Juan 9:39-41). Se habían
comprometido con el sistema del mundo para poder ganar poder, posición,
riquezas y dominio. Aunque muchos fariseos creyeron y se volvieron a Jesús, la
mayoría no lo hicieron. Los que no creyeron endurecieron sus corazones contra
la verdad. Rehusaron entrar e igualmente estorbaron a otros para que no
entraran.
Muchos líderes en el
sistema de iglesia deberían saber que
mantienen a “su” membresía como rehén,
por medio de la rigidez de sus sistemas de creencias gubernamentales, y
que además, rehúsan dejarla libre. Enseñan y predican a la iglesia, obras de iglesia y membresía de iglesia, como “el camino”. Necesitan el
compromiso de parte de su membresía para edificar un reino para ellos mismos.
Las personas se quedan
atrapadas en esos lugares. Los que dirigen las iglesias nos invitan a quedarnos
quietos en su lugar para siempre, y nos culpan de ir de sitio en sitio. Los que
permanecen en esos lugares, reciben el mismo maná viejo y lleno de gusanos. El
crecimiento espiritual es mínimo, si es que lo hay. Cualquier crecimiento que
alguien pueda experimentar es probablemente experimentado fuera de ese lugar.
El crecimiento
espiritual, es en realidad, un viaje espiritual. Es un viaje que responde al
llamado de Jesús, “ven y sígueme”. “Pero Señor, déjame que vaya y primero
entierre a mi padre”. A eso, Él sigue respondiendo: “Que los muertos entierren
a sus muertos” Lucas 9:59-60. Si te encuentras en un lugar muerto, levántate y
sigue el Camino, Jesús. Jesús es el Camino, no un lugar. Si hemos de seguir a
Jesús, no debemos quedarnos atrapados en un lugar. La iglesia, tal y como la conocemos hoy, es un control policial a
Jesús.
El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario